
lunes, 31 de mayo de 2010
los domingos al sol

jueves, 27 de mayo de 2010
ideas inteligentes

miércoles, 26 de mayo de 2010
ícono de estilo

Grace Kelly (1929-82) fue una de las mujeres más fotografiadas del siglo XX (título que cargan hoy en día sus hijas y nietos) y una actriz de gran proyección, musa de directores como Alfred Hitchcock. En 1953 se ganó un Globo de Oro y en 1955 un Oscar, por su interpretación en la película Mogambo. Aparte fue también Princesa de Mónaco.
La muestra incluye también otras actividades, como talleres de dos días de patronaje o de sombrería de alta costura, cada uno con un precio extra de 240 libras (más o menos 280 euros).
martes, 25 de mayo de 2010
de viaje

En una semana y media parto rumbo a Europa. Serán 24 días de viaje, de largas caminadas, de cenas en exquisitos restaurantes a los cuales no tendré la posibilidad de volver a menudo, de muchas horas pasadas en trenes, de 20 horas de viaje en barco de regreso a casa, de sol y de lluvia por un continente que en junio no nos ofrece el mismo tiempo en cada uno de sus rincones. Muchas características y condiciones que hay que barajar a la hora de elegir los outfits a llevar. Y al final ¡todo tiene que caber en una mochila de 70 litros!
Seguro que todas estáis solidarias y que podéis imaginar mis dilemas, las infinitas listas de cosas a no olvidar que ya hice y que ya fui perdiendo por ahí, las inseguridades a la hora de decantarme por unas hawaianas rojas o platas, sabiendo que si echo a faltar las que no llevo no puedo volver a casa y rescatarlas.
Aquí os dejo mi lista de básicos (que tendrá inclusiones y cambios de última hora, ¡fijo!), para las que estéis pasando por lo mismo o para las que ya habéis pasado y queráis dar sugerencias:
- Unos leggings vaqueros
Porque son cómodos, los podemos llevar de día o de noche y tienen infinitas posibilidades de combinación
- Unos leggings de punto
Para dormir en las noches más frías de las ciudades más frías o para poner con una túnica y un pañuelo y llevar durante el día
- Unos pantalones pitillo de punto de chándal
Para poner con un cinturón bonito y salir a cenar con amigos o para conjugar con bambas y llevarlos a pasear
- Unos cuantos vestidos leves para las noches
Porque por veces también apetece quedar de copas con viejos os nuevos conocidos e ir un poquito arregladas
- Un par de faldas
Porque son femeninas, más cómodas cuando tenemos que pasar horas sentadas en un tren y muy frescas para pasear en las ciudades donde haga calor
- Dos o tres bermudas
Porque son curtas lo suficiente para que no nos muramos de calor, pero largas al punto de evitar que nuestras piernas rocen mientras caminamos
- Jerséis de punto
Porque son el complemento ideal para las mañanas más frescas y quedan bien vayamos casual o arregladas
- Un pañuelo de punto que se transforma en jerséi, en capucha, en bolero o en vestido
Por su versatilidad
- Un montón de camisetas de lycra
Porque van bien con todo, se doblan muy dobladitas no ocupando casi ningún espacio en la mochila y porque pueden ser lavadas en cualquier pica y secan muy rápido
- Un blusón vaquero y un cortavientos
Porque para las menos frioleras es suficiente abrigo y los podemos poner a la cintura mientras caminamos
- Una bandolera para pasear durante el día
Porque, al contrario de las riñoneras, no canta “soy turista”
- Un mini bolsito de mano para las noches
Porque, como no estamos “en casa” y no tenemos que llevar llaves de casa, de la moto, móvil, documentos de la moto y afines a todas partes, es más que suficiente para tener todo lo esencial siempre a mano
Porque seguro que las vamos a perder, a sentarnos en cima de ellas en el tren o a chafarlas por guardarlas en nuestras bandoleras cuando el sol desaparece y nosotras seguimos pateando el centro de las ciudades
Porque estilizan sin dejar de ser cómodas, más aún porque la mayoría de las ciudades europeas tienen aceras donde es muy fácil caminar con tacones
- Unas zapatillas para pasear
Porque las hay muy fashion y serán siempre el calzado más apropiado de todos para caminar
- Unas hawaianas
Para utilizar en el hostal y ducharnos sin tener que poner los pies en el suelo del baño
- Unas bailarinas negras
Porque son cómodas y bonitas tanto de día como de noche
- Una crema de cara y otra de cuerpo con FPS alto
Para que el sol no estropee la piel mientras paseamos ni cuando estamos tendidas en las tumbonas del barco, al lado de la piscina, en medio del mediterráneo
Y ahora, ¡a hacer el check-in!
sábado, 22 de mayo de 2010
pecado muy original

Hacer dietas está de moda. Mejor dicho, ¡comer sano está de moda! Pero en este desierto alimenticio en el que viven las fashionistas existe un pequeño oasis de dulzura, un pequeño pecado totalmente confesable: los cupcakes.
Hace unos días una amiga me decía: “Los cupcakes son una mentalidad”. Una chorrada que en realidad quiere decir que los cupcakes no son magdalenas, no son petits gâteaux, no son muffins… ¡Y están mucho mejor!
Se hacen con tazas de ingredientes (surgieron en una época en que no se pesaba nada y así se mantuvo hasta hoy su proceso de manufactura) y es en su toping que reside el secreto. Allí los verdaderos artistas pasteleros se pueden desmadrar y crear de todo un poco, pequeños mundos de detalle y lujo en la cumbre de un simple pastelito.
Como en el caso de estos cupcakes, de una tienda lisboeta recién abierta consagrada sólo a la venta de estos pasteles. Aquí las designers han reproducido prendas de ropa únicas y accesorios de moda femeninos con una riqueza de detalle de hacer la boca agua.
Pero no apenas el universo cupcake se deja contagiar por la moda. Lo contrario también es cierto; la moda se deja influenciar por este nuevo must eat, y el foodstyle se impone. Se hace eco de la "cupcakemania" en reportajes de las principales revistas de moda, en escaparates de las tiendas de ropa o en escenas de las películas/series más en boga.
Yo ya he probado cupcakes en muchas ciudades del mundo pero seguramente unos de los mejores que alguna vez saboreé son lo que venden en Room, la tienda-sala-de-estar de la calle Flassaders. La textura del bizcocho, los detalles y la suavidad de la cobertura dan ganas de meterte de lleno en este ritual que es comer un cupcake, sin ni siquiera preocuparte por lo anti-fashion que tener la cara llena de crema pueda parecer…
jueves, 20 de mayo de 2010
sueños de plástico

Porque es práctico, leve, fácil de limpiar y moderno. ¡Y porque Chanel lo dice!
Llevamos un poco más de tres décadas de imperio Melissa, al menos en Brasil. La marca surgió en 1979 y desde entonces ha ganado nombre y fans un poco por todo el país. En Portugal también se le conoce desde hace mucho. Por ejemplo, mis primeras Melissa’s datan de 2003. Sin embargo, la marca de “los sueños de plástico” quiso más y por eso se juntó con diseñadores tan conocidos como Alexandre Herchcovitch o Vivienne Westwood y con la arquitecta Zaha Hadid en la esperanza de así conseguir conquistar las demás fashionistas del viejo continente.
En España son el nuevo must have y abrieron paso a decenas de marca más económicas que intentan copiar sus creaciones (ninguna ha conseguido su olor a gulosinas, ¡eso sí!). Pero la verdad es que nos es tan fácil para gente que habita en países donde no hace verano todo el año rendirse a los encantos del veraniego caucho. Y a Melissa le queda aún mucho mercado europeo por conquistar.
Lo mismo no se puede decir de Chanel. La marca está totalmente consolidada en Europa, y en todo el demás mundo, y a lo que se invente Karl Lagerfeld todas decimos “¡Ámen!”. Pues, este verano, el diseñador alemán dice que el caucho está de moda.
El modelo en cuestión son estas sandalias negras (en la foto de arriba). Sencillas y frescas, como pide un modelo hecho de caucho y pensado para los días más calurosos de verano. Negras, como se exige a una seguidora de Chanel.
Con él Karl Lagerfeld pretende apartar de vez falsos prejuicios hacía el caucho; se considera que hace sudar más los pies, que le falta algo de clase o que da un cierto aire infantil a quien lo lleva. Y, consecuentemente, abre el paso al calzado de Melissa y afines.
En los próximos tiempos presenciaremos seguramente una invasión de marcas brasileñas de productos hechos de caucho. Melissa o Q-VIZU, la marca de los relojes coloridos que llevan ya un año haciéndose hueco allí, “colarán” y serán el hit de este y de futuros veranos. ¡Dejémonos conquistar por el caucho! ¡Y que llegue ya el verano!
miércoles, 19 de mayo de 2010
el peso de los accesorios

Se conocen en Brasil como “las pulseras del sexo” y la idea que está por detrás de cada uno de los colores de estos adornos ya llevó a que algunas jóvenes brasileñas hayan sido violadas y hasta asesinadas. El juego consiste en romper la pulsera de la chica (o chico) y realizar lo que el color indique: amarilla, dar un abrazo; rosa, exhibir el pecho; naranja, dar una mordida cariñosa; lila, dar un beso de lengua; roja, hacer una danza erótica; verde, chupar el cuello; blanca, hacer algo que la chica elija; azul, la chica le hace sexo oral al chico; rosa claro, el chico le hace sexo oral a la chica; negra, mantener una relación sexual, y dorada, todo lo de arriba.
Pero la moda se transformó en polémica cuando a finales del mes de abril una niña de 13 años denunció a cuatro adolescentes por haberla violado, tras romper las pulseras negras que llevaba. Puede que los casos similares que van apareciendo un poco por todo el sur de Brasil (donde hay ciudades más pequeñas y la gente es más conservadora, pudiendo llevar al pie de la letra el “significado” del adorno) no estén del todo relacionados con las pulseras, pero la verdad es que ya son demasiadas casualidades. La semana pasada la Policía del estado de Amazonas expresó sus sospechas de que dos asesinatos estarían también relacionados con las pulseras, ya que al lado de los cadáveres de las víctimas se encontraron pulseras rotas.
martes, 18 de mayo de 2010
lady blue
La francesa Marion Cottilard interpreta este video cuyo principal objetivo es hacernos morir… no de miedo, sino de envidia. ¡Por no tener uno así!
El cortometraje, de 16 minutos, es parte de una trilogía (Lady Noir y Lady Rouge) y se insierta en una tendencia que el New York Times clasificó de la siguiente manera. “Las películas son el accesorio de moda del momento; una forma de crear junto de la generación YouTube emoción y excitación visual hacia las marcas”.
jueves, 13 de mayo de 2010
el sexo vende

La afirmación es provocativa y grita algo que yo vengo desde hace muchos años constatando; las marcas utilizan el sexo, o la sugerencia de ello, para vender. Cuando digo marcas no me refiero a marcas de lencería o trajes de baño, sino a algunas marcas de ropa, perfumería o joyería de alta gama. Lo que más me sorprende, y de alguna manera me molesta, es que dichas marcas no se den a la molestia de contratar a publicitarios más creativos y sencillamente se rindan al recurso fácil que es utilizar la sensualidad (y el deseo y necesidad que esta genera) para vender.
La discusión está hoy en la orden del día ya que, este año, la organización de Miss USA decidió utilizar el mismo recurso para generar más interés hacia su concurso que, entrado el siglo XXI, ha caído un poco en el olvido. El hecho de que la competición de belleza por excelencia de un país tan conservador como Estados Unidos haya elegido fotografiar a sus concursantes sólo en lencería y en poses provocativas, ¡da que hablar!
En las fotos, más apropiadas para una revista masculina según creen muchos, las 51 chicas que se presentan y luchan por el título transpiran belleza y sensualidad. Sin embargo, y aunque aquí vayan de la mano, los dos conceptos no son lo mismo y ni siquiera tienen que estar relacionados.
Podemos ser sensuales sin ser bellas y ser bellas sin ser especialmente sensuales. Es más, si compro una pulsera H. Stern o unos zapatos Jimmy Choo no los compro para ser más sensual, o porque crea que me traerán más sexo, los compro porque me gustan y me quedan bien. Hay tantas características que se pueden atribuir a prendas o accesorios de moda, ¿por qué razón no hacen las agencias un brainstorming más completo, ponen las cabezas de sus equipos funcionando a todo gas y encuentran una buena (y atractiva) manera de utilizarlas? ¿El contrario de una campaña extra sensual de Diesel o Sisley tiene que ser una publicidad sosa como la de Geox?
Yo creo y confío que hay un término medio; publicidad donde se utilicen a bonitas modelos, bien maquilladas, peinadas y fotografiadas, puestas en una composición atractiva, pero donde las chicas (o chicos) estén vestidas/os. Publicidad donde se lea cómodo, barato, exclusivo, bello, entre otros atributos, y no apenas sexy o sensual.
La solución para lograrlo sería quizás hacer un boicot a los productos de las marcas que venden sexo cuando tendrían que vender objetos de lujo, pero como no es muy posible que todas prescindamos de las cosas de H. Stern, Jimmy Choo o Sisley, lo único que nos queda es esperar. Esperar por mejores campañas publicitarias… Esperar que más marcas pongan la tónica en esta tendencia y hagan su critica, más o menos interesada; como Diesel.
La estrategia adoptada por la marca italiana no es del todo inocente. Es cierto que Diesel llama la atención para la exagerada importancia del sexo en la sociedad actual, sin embargo no deja de llenar los escaparates de sus tiendas con imágenes de chicos de torso desnudo sudando como animales y de chicas despeinadas prácticamente en top less. Los publicitarios de la marca habrán pensado: "Si es esto que la gente quiere, ¡es esto que les daremos!" Y dejado que, a partir de ahí, otros se encarguen de desarrollar el debate sociológico. Mientras tanto, Diesel va atrayendo miradas y vendiendo... ¡Sexo y jeans!
martes, 11 de mayo de 2010
el diseño del límite

lunes, 10 de mayo de 2010
experiencia vintage
Además como yo soy la mayor de una familia casi sin primos y mi hermano es varón, nunca recibí ropa en segunda mano de nadie.
Mis primeras prendas vintage las compré en un mercadillo de A Outra Face da Lua, la tienda lisboeta de ropa en segunda mano por excelencia. Me enteré de esta venta por casualidad y estuve a punto de salir de la tienda con las manos vacías, teniendo en cuenta la cantidad de gente que estaba dentro y la dificultad que representaba comprar algo en estas condiciones. Sin embargo, me traje unas cuantas cosas que conservo hasta hoy y que hacen sensación junto de mis amigas cada vez que me las pongo.
Cuando llegué a Barcelona me di cuenta de que la cultura “segunda mano” estaba mucho más avanzada aquí. En la ciudad se pueden encontrar decenas de tiendas del género, como Le Swing, Smart&Clean, Lailo, De Faralaee, Slang, Hulala!, Erretê, Intercambio, Retro City o Exudus. Por eso, y porque me di cuenta de que cuando estamos comprando en tiendas masificadas de ropa nueva también terminamos probándonos prendas que decenas de mujeres ya se han probado antes de nosotras, que quizás han incluso llevado a una cena o evento durante horas con la etiqueta puesta y que luego han devuelto, poco a poco, empecé a ceder y a adentrarme en este mundo de ropa que carga muchas historias a sus espaldas.
Sin embargo, creo que hay que tener algunos cuidados a la hora de comprar ropa vintage. ¡Más que con la ropa nueva! Tenemos que vigilar por la calidad de la prenda, asegurarnos de que no esté manchada o rota, y en el caso de que lo esté hay que pesarlo y ver si es posible lavarla hasta que salga la mancha o sacar de la caja de la costura y arreglarla. Si la respuesta a estas dos preguntas es no, no merece la pena. Tenemos también que pensar si nos gusta la prenda apenas en teoría o si en realidad la pondremos, porque no es plan comprar algo que pensamos que salió del armario de una cualquiera fashionista de los 60 si luego la prenda resulta demasiado extravagante para nuestras necesidades y estilo diarios. Si no estamos realmente convencidas, mejor dejamos la prenda en su sitio. También es muy importante vigilar con el precio.
Me recuerdo de una situación hace unos años en Els Encants, cuando con una amiga vimos unas gafas de sol Guy Laroche con las patillas ya flojas, sin posibilidad ninguna de ser apretadas por más manitas que una fuera, y por las cuales nos pedían casi 200 euros. Es verdad que en su época estas gafas habrán sido estupendas, pero no merecían que pagáramos lo que su antigua propietaria nos pedía.
En teoría algo que ya está usado debía ser más barato que algo que es nuevo, ¡y no lo contrario! Sin embargo, desde hace unos años el concepto vintage se puso de moda, se empezó a aplicar a diestro y a sinistro, y los propietarios de ropa antigua han sacado sus trapitos y accesorios a vender con este rotulo. Han también cargado mucho en el precio y los compradores han perdido la noción de cómo hacer compras inteligentes y empezado a pagar sin miramientos lo que se les pedía. Esto, está claro, abrió un precedente y hoy nos encontramos con un panorama donde se pide más de lo que es justo por prendas de segunda mano.

Otra solución sería buscar también en tiendas de antigüedades, que no se hacen pasar por vintage y donde podemos encontrar alguna ropa o accesorios antiguos a precios generalmente más asequibles.
Otros cuidados que hay que tener pasan por no dejar las prendas que vemos en nuestras visitas a tiendas de segunda mano colgadas mucho tiempo. Si nos gusta algo lo mejor es cogerlo y pasearlo por la tienda, o pedir que lo lleven hasta el probador o hasta la caja. Las prendas de segunda mano no se quedan mucho tiempo en las perchas. Esta volatilidad también se ve a la hora de elegir ropa para el frío o para el calor. Los cambios de estación en las tiendas vintage no están alineados por los cambios en las tiendas normales, de hecho casi ni existen. Los propietarios de este tipo de tiendas llevan todo el año buscando ropa que sea atemporal, que resista a los años y que no se relacione con una estación en específico. O sea que, si entramos en una tienda de segunda mano con una idea fija y poca apertura a las sorpresas es muy probable que no encontremos nada y salgamos sin bolsas colgando de los brazos.
Otra práctica que puede ayudarnos a la hora de escoger ropa de segunda mano es hacerse amiga del propietario o de la propietaria. Son gente con muchos conocimientos de moda, con historias muy interesantes, que muchas veces saben incluso que “cuenta” la prenda específica que nos llevamos, y que nos pueden facilitar la compra. Pueden también llamarnos cuando reciban algo nuevo que saben que estamos buscando u ofrecerse para abrirnos las puertas de sus almacenes de las traseras y traernos alguna prenda que todavía esté guardada pero que crean que nos quedará fenomenal.
En resumen, lo ideal para hacer de nuestra experiencia un éxito es buscar prendas complexas, con buenas telas y acabados perfectos, que no pasen de época, que sean más baratas que cualquier prenda de Zara o Mango que no tiene la mitad de encanto y que valgan mucho menos de lo que valían en la época que fueran confeccionadas. Ah, y quitarse las telarañas de la cabeza y pasárselo bien, porque comprar vintage es como viajar en el tiempo y vivir otras vidas.
jueves, 6 de mayo de 2010
¡la basura de unos es el tesoro de otros!*

¡La basura se puso de moda!, literalmente. Y desde entonces el sector no paró de hacer eco de esta “fascinación”. Colecciones como las de Worn Again, From Somewhere o Again NYC son apenas algunos ejemplos de cómo servirse de material usado para crear algo totalmente nuevo y, por veces también, ecológico.

Aunque a mi me guste reciclar ropa, esta costumbre no va más allá de comprar unas docenas de botones viejos en Els Encants y coserlos en una prenda o de comprar zapatos en tiendas de segunda mano… Por más vueltas que le de no puedo entender la tendencia actual de decantarse por el viejo, el antiguo, el utilizado, el que incluso ya fue tirado.
Lo he vivido en mi propia casa y sigo sin entenderlo. En mi primer piso de Barcelona a una de mis compañeras no le podíamos dejar salir a las calles del barrio los martes por la tarde (el día de los trastos en Gracia). La verdad es que todo lo que encontraba y luego llevaba para casa, por veces con mucho esfuerzo, arrastrando sillas o pequeños muebles por manzanas enteras, quedaba perfecto en nuestro piso. Sin embargo yo nunca terminaba de convencerme, de verlo claro. De hecho, no puedo hacerlo todavía. ¡Pero creo que seré la única!

martes, 4 de mayo de 2010
naranja, el nuevo rojo

Yo me quedé pensando en sus palabras, en como lo que dijo puede ser cierto para el tránsito, ya que desde el último cambio del código es tan prohibido pasar con el semáforo naranja que pasar con el rojo, y en como se aplica también a la moda.
Este año el color naranja, ultrafemenino y transbordando seguridad, toma el sitio del rojo en el guardarropa de las fashionistas. Antes sabíamos que si tuviéramos una cita importante, ponernos un vestido rojo ya era mitad del camino hacia el éxito. Sabíamos que las prendas rojas eran un statement por si solas.
Y en el caso de las morenas, como yo, eran un arma más que nos daba alguna ventaja ante las rubias, para quienes el rojo es un color prohibido. Sin embargo, el rojo ha ido perdiendo protagonismo y en la Primavera/Verano de 2010 es totalmente sustituido por el naranja. Carolina Herrera o Blumarine, entre otras marcas, dejaron que este tono contagiara a sus defiles.
Un color veraniego por excelencia, que no deja a nadie indiferente. El naranja transmite auto-afirmación igualmente y, al contrario del rojo, queda bien tanto a rubias como a morenas.


domingo, 2 de mayo de 2010
por casa...
Como Giorgio Armani también otros costureros famosos tienen líneas de hogar, para que podamos (re)vestir nuestras camas o nuestras mesas con mucho estilo.

Por ejemplo, el italiano cuenta con un extenso catálogo de lámparas y muebles que van desde las camas, a los aparadores, pasando por los sofás, sillas y sillones. En todas sus obras el diseñador imprime su marca, y no lo digo apenas en un sentido figurado, sino que me refiero a que él imprime literalmente su logo en sus cojines, lámparas, tapetes, biombos o, incluso, en un par de mesas de canto que hizo en forma de G y de A. Yo personalmente me quedo con sus creaciones más sencillas. Como este sillón de esquina que es más minimalista pero a la vez muy original.

Otro modisto que crea piezas de decoración que gritan su nombre es Paul Smith. Sus ya bien conocidos conejitos se reproducen por una infinidad de objetos del cuotidiano. Y el inglés también diseña piezas de mobiliario, aunque en menor cantidad que Armani. El sillón huevo con rayas de colores es un ejemplo. De hecho, estas rayas son otra de las marcas del diseñador, que las imprime también en tazas, cojines, servicios de té o café, entre otros pequeños “bombones” domésticos. A parte de estos objetos, él tiene también un infinidad de piezas de decoración o uso personal. Algunas muy sorprendentes, como su colección de fotografías o de cepillos de dientes, y otras más normales. Bueno, ¡normales por decirlo de alguna manera! A mí me encanta este estuche en forma de cámara fotográfica que podemos utilizar para... A ver, ahora mismo no le encuentro ninguna utilidad, pero no por eso me gustaría dejar de tenerlo. En el peor de los casos, siempre sirve para guardar cosas.

Otra marca que abusa del color es Missoni. En la línea de hogar bien como en sus colecciones de ropa, la marca italiana apuesta en los tejidos exquisitos y en los estampados multi cromáticos. Sus propuestas tocan campos variados que van desde los pequeños objetos de decoración, como las velas o jarras en forma de ovillo de lana, hasta los muebles, principalmente aquellos que puedan ser tapizados, como sofás o cojines. Un fan de las creaciones de Missoni Home es Pedro Almodóvar que encargó algunas piezas para la decoración de una de las casas de su última película, “Abrazos Rotos”. Este reposa pies es una de las imágenes de marca de Missoni, que lleva años fabricando variedades de este tipo de puff con varias utilidades, y es mi pieza favorita de la actual colección. Por aquí también podemos ver claramente como, a pesar de la riqueza de colores, las piezas de esta submarca de la dinastía Missoni tienen mucha clase.

Lo mismo no puede ser dicho de las propuestas de Versace. La verdad es que esta otra marca italiana tiene un catálogo tan variado que podemos encontrar un poco de todo, pero su línea Heritage tiene tendencia para ser más bien kitsch y de gusto dudoso. En cambio, sus muebles Design son modernos y sobrios. Sin embargo, ¡nada que no pueda hacer otra marca de decoración! El punto intermedio y la máxima afirmación de originalidad, los aportan todos aquellos objetos o muebles que sean estampados. Porque las telas que Versace utiliza son ricas y coloridas, ideales para pequeños detalles decorativos que contrasten con una casa más sobria y sencilla. A pesar de eso, y de ser fan de los objetos de decoración kitsch, yo me decanto por esta silla. Quizás me haya llamado la atención exactamente por contrastar con el portfolio de posibilidades barrocas de la marca.

Otra marca que sorprende por la cantidad de floreados y el uso exagerado de los detalles es Ralph Lauren. De hecho sorprende incluso más. Porque en el caso de Versace, mirando sus creaciones de moda, podemos anticipar como serán sus piezas de decoración. Pero de la pena del diseñador norteamericano salen siempre prendas de ropa tan clásicas y casual que ver que en lo que respecta a la decoración Ralph Lauren se desmadra es una sorpresa, y ¡no de las agradables! Sin embargo me gustan mucho todos los objetos o muebles con inspiraciones de viajes. Como las mesas o asientos con cintas de cuero y hebillas que recuerdan a los antiguos baúles que se embarcaban para los grandes viajes. Las piezas que entran directamente en mi wishlist son estos taburetes, que sirven de mesa de apoyo, hechos de madera. Son austeros, naturales y muy conjugables. Otro de mis fetiches es el papel de pared de la marca. Pero bueno, no podía ser de otra manera, porque como ya todos saben papel de pared es una de mis debilidades.
A parte de las piezas que estas marcas de moda han creado para el sector de la decoración, también es una buena idea y puede resultar interesante “vestir” nuestro hogar con prendas de ropa de verdad. Hace una docena de años mi madre, por ejemplo, ha mandado enmarcar un pañuelo de seda de Trussardi donde se reproduce una obra de Caravaggio. Un cuadro único y un detalle decorativo de lujo que podemos conseguir con una infinidad de prendas, sólo hace falta arriesgar y dejar que nuestro hogar se contagie por la moda.