lunes, 30 de mayo de 2011

Los zapatos de las mujeres de Auschwitz

Dicen que con sólo mirar lo que la persona X lleva vestido o calzado podemos decir mucho de ella. Y eso fue justamente lo que sentí cuando, hace dos días, aprovechando mi viaje de trabajo a Cracóvia, visité los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau y, en el primer complejo (o Konzentrationslager, que en alemán significa campo de concentración), pude ver miles de objetos que pertenecieron a las víctimas.

Sus maletas, sus gafas de ver, sus ropas, sus tallit judíos y muchos otros objetos personales, pero principalmente los zapatos femeninos que se han preservado cuentan parte de los secretos de lo que pasó allí. ¡Digo parte porque después de mi visita creo que nunca jamás nadie podrá entender la real dimensión de lo ocurrido!

Detrás de un cristal en una de las salas del museo, los zapatos de las mujeres que llegaron a Auschwitz entre 1942 y 1944 se pierden en medio de una pila de zapatos de hombres y niños (los prisioneros no solo eran judíos sino también presos políticos, familias enteras de polacos que de una manera u otra han ayudado a los judíos, gitanos y/o homosexuales). Sin embargo hubo algunos que me llamaron la atención porque, y cualquiera que entienda de moda pensaría igual, eran modelos extremadamente avanzados para la época. Ricos en colores, en detalles, con elementos del folclore de sus países o bordados a mano... Y aunque los veamos allí parados, degradados por el paso del tiempo, todavía tienen la capacidad de  comunicarnos un poco sobre el poder adquisitivo de muchas de las mujeres que fueron llevadas hasta allí, para morir o desnudas y con la cabeza rapada en una cámara de gas nada más llegaron o desnutridas, enfermas y cansadas por continuados trabajos forzados y torturas.

Más allá, estos zapatos nos dejan entrever que al llegar allí todos esperaban algo muy diferente a la muerte que acabó por llegar tarde o temprano. Sino no hubieron llevado su mejor calzado y las maletas cargadas con sus ricas pertenencias y muchas ilusiones…


miércoles, 4 de mayo de 2011

compras con intropia ( = interior + utopía)



En Portugal solemos decir que las “charlas son como las cerezas”. En este contexto sería igualmente cierto decir que las ideas son como las cerezas… cuando coges una vienen luego otras detrás.


Hace dos semanas nuestra profesora de Brand Meaning nos dijo que para día 5 de mayo (¡nunca más me puedo poner con el proyecto final!) teníamos que hacer nuevo trabajo de grupo, esta vez un prisma de identidad de marca. Había que elegir una firma nacional, con punto de venta en Barcelona y en la cual nosotras, humildemente, detectáramos algún problema. Hemos elegido Hoss Intropia, cuyo problema que le vemos no es tanto un problema sino algo que la marca podía hacer mejor. Porque, la verdad, es que casi todo lo hacen perfecto. Tienen tiendas monísimas e impecables. Además de campañas que están protagonizadas por mujeres completas, que son madres, trabajadoras, artistas y embajadoras de causas sociales (vamos, la girl next door en versión adulta), como Helena Christensen, Tamara Rojo o Sophie Auster (¡que me encanta!). Bien como prendas que son un encanto, principalmente para alguien como yo que es una fan confiesa de los estampados y colores… ¿Entonces, qué pegas les podíamos poner a Hoss Intropia?


¡Pocas ya os digo! Y menos ahora. Porque, como las cerezas, la secuencia de contactos que hemos iniciado con la marca para este trabajo nos llevó a ser invitadas para su mercadillo solidario, donde hemos podido comprobar que, para colmo, la marca es súper solidaria. Lo han sido desde el inicio y siguen queriendo apostar fuerte en la responsabilidad corporativa como una marca de su carácter. Por eso cada seis meses, para liquidar existencias, Hoss hace una venta de tres días con prendas tiradas de precio.


Ahora preguntáis: ¿y eso qué tiene de solidario? Solidaría quizás con los bolsillos de sus clientes. Pues no sólo. Una parte de la recaudación de este Mercat Solidari será destinada a la reconstrucción del taller ocupacional de la fundación Boscana, una entidad catalana sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar la calidad de vida de mujeres con discapacidad psíquica.


La calidad y diversidad de las prendas expuestas es sólo una de las razones para (hasta las 20h30 de mañana) pasar por el stand de la marca Lexus que está en el número 82 de la Calle París. La otra, porque aquí al comprar estamos ayudando.


Yo he contribuido comprando unas modernas y originales sandalias doradas que son, ni más ni menos, el detalle que faltaba a mi look para la boda número 1 (ahhh, si, quizás todavía no os lo dije pero este año vuelven las boda… ¡tengo dos!). De Barcelona esta iniciativa sigue para Madrid y Sevilla. ¡Estad atentas a lo que se “cuece” en vuestras ciudades o a la página web y Facebook de la marca. Os dejo con algunas imágenes de la nueva colección Hoss para animaros.