domingo, 23 de octubre de 2011

YSL en Milán

Hace un par de semanas visité la exposición sobre la vida y obra de YSL que está en la Fundación MAPFRE en Madrid. Esta es la misma muestra que el año pasado, por escasos minutos, no pude ver en el Petit Palais de París porque terminaban de cerrar los accesos nada más llegué y yo había dejado esta visita para el final de mi estada. Dicen que el “placer retardado es el más apreciado”, pero esta vez no estoy de acuerdo. Llevaba más de un año esperando ver sus fotos, bocetos y prototipos, sin embargo mis expectativas se quedaron cortas. La muestra es pequeña para lo que yo me esperaba y para el espacio que ocupa en la Fundación MAPFRE (ni quiero imaginar como sería verla en el Petit Palais que, a pesar del nombre, es bastante grande) y no tiene ningún efecto sorpresa; al menos para quien entiende de moda.

Sin embargo, no escribo este post para desaconsejaros a visitarla. Al contrario, para quien conoce la historia del couturier es interesante ver sus obras tan de cerca (en algunos casos, y si los vigilantes no están mirando, podéis incluso tocarlas y sentir la tela de que están hechas) y para los menos entendidos es la oportunidad ideal para saber quien era Yves Mathieu Saint-Laurent.

Francés de origen argelina, dejó su país para estudiar moda en la École de la Chambre Syndicale de la Couture de París pero a los tres meses ya se había aburrido. Siguió dibujando y al cabo de poco tiempo sus bocetos llegaron a las manos de Christian Dior, que le invitó para ser su asistente. Aquí empezó su reinado (la prensa de aquel entonces le apodó de Petit Prince). Cuando Monsieur Dior murió fue YSL quien se quedó al mando de su casa. A él debemos la persistencia de la marca. De no ser por YSL hoy la marca podría ni existir, una vez que Christian Dior murió tan sólo 10 años después de crearla y no son raros los ejemplos de casas que no sobreviven a la muerte de su maestro y fundador. Sin embargo, su labor como director de Dior terminó en el inicio de la década de 60, cuando YSL fue apartado por Marcel Boussac, el dueño. Sus últimas colecciones habían chocado por la negativa Monsieur Boussac y cuando YSL fue llamado a cumplir el servicio militar este no hizo nada para evitarlo. Con la indemnización que recibió por dejar Dior, YSL decidió crear su propia firma.

Su visión a la hora de crear una sub-marca (Rive Gauche) paralela a su casa de alta costura con propuestas más jóvenes, vanguardistas, económicas y listas para usar; su coraje de vestir las mujeres con pantalones y smokings masculinos (solía decir que Coco Chanel nos dio la libertad al osar vestirnos de forma más cómoda y con pantalones, pero que ha sido él quien nos dio el poder, al hacernos sentir sexy en trajes masculinos) y su desenfado a la hora de juntar los colores (como por ejemplo en su colección del Otoño/Invierno de 1976 inspirada en los Ballets Rusos) fueron algunos de los factores que contribuyeron para que su nombre quedara para siempre grabado en la historia de la moda. Pero además, YSL fue un ícono de estilo para su generación, ¡bien como para las futuras!

Estos días estuve en Milán por trabajo y no podía dejar de sonreír de cada vez que veía el nuevo outdoor de D&G, que en la capital de la moda italiana está por todas partes. La publicidad en cuestión, a la nueva colección de gafas de ver de la marca milanesa, es una clara referencia a una foto de YSL sacada por Jean-Loup Sieff. La imagen, de 1971, fue la mejor manera que el modisto encontró para anunciar el lanzamiento de su primera fragancia masculina. En ella aparece el propio Saint-Laurent desnudo (sólo con unas gafas de pasta) y, de haber sido sacada hoy en día, se hubiera dicho de ella que es la más “perfecta estrategia de marketing personal” habida y por haber en el sector. Con su nueva publicidad, un guiño a esos tiempos, Dolce&Gabbana dirígense a un público específico y muestran que también ellos saben utilizar el marketing de la moda en su propio provecho, además de rendir homenaje al diseñador francés que este año parece estar en la orden del día…


jueves, 18 de agosto de 2011

varsoviando

¡Varsovia parece ser una ciudad muy bonita! Digo “parece” porque, entre reuniones y cenas de trabajo, no pude percibir mucho más que la increíble vista desde la ventada de mi habitación, en una torre delante del Palacio de Cultura y Ciencia, uno de los edificios más altos de Polonia y el octavo más alto de la Unión Europea. Originalmente conocido como el Palacio de Joseph Stalin de Cultura y Ciencia, este espacio hoy se utiliza como centro de exposiciones y complejo de oficinas y fue mi “guía” durante la semana que pasé en Varsovia. Principalmente en la tarde que salí, dos horas, de compras.

Podéis pensar que ir de tiendas no requiere mucha preparación, pero esto no es tan cierto cuando estamos en una ciudad que no conocemos y donde estamos por trabajo. Si sabes que tienes unas horas libres entre reuniones y cenas lo primero que haces es ir hasta el hotel, cambiar los taconazos por las zapatillas y pirarte corriendo (rezando para que ningún compañero te pille en el pasillo o en el ascensor y se apunte a tu programa). Ni siquiera te preocupas en recoger un mapa de la ciudad…

Pero lo que podría ser problemático en cualquier otra ciudad, en Varsovia resulta un poco más sencillo por la presencia constante de este rascacielos que nos ayuda a mantener el sentido de orientación.

Igualmente, no he tenido que ir muy lejos, porque en la calle trasera al hotel he encontrado Skarby Prababuni. Una pequeña tienda de productos manufacturados por un grupo de mujeres pobres, enfermas o maltratadas del norte de Polonia. Además de las mermeladas de la región, allí podéis encontrar sábanas, toallas y ropa, todo confeccionado a mano con esmero y el mejor y más impoluto algodón o lino.

Entré porque desde fuera, a través del escaparate, ya se puede ver que el interior de la tienda es un regalo para los sentidos. Y, una vez dentro, no me desilusioné. A cada percha que pasaba las prendas eran más bonitas que las anteriores. Yo me compré una camisa de algodón blanco, inspirada por las prendas que esta primavera/verano han sacado marcas como Céline, Viktor & Rolf o Loewe.

Pero, aquí la ropa no es nada pretenciosa. Al revés, es sencilla y artesanal, muy llevable por la multiplicidad de looks que permite crear y, sobre todo, muy barata. ¡Sorprendentemente barata! Yo pagué más o menos 25 euros por mi camisa y tengo un básico para toda la vida.

Si algún día estáis por Varsovia os aconsejo pasar por Skarby Prababuni (en la calle Nowogrodzka, número 8) a echar un vistazo y, si veis algo que os gusta, a comprar. Porque además es por una buena causa.


miércoles, 17 de agosto de 2011

lost in translation

Hace unos días, volando de Lisboa a Varsovia, perdí mi vuelo de conexión en Ginebra y he tenido que quedarme una noche en la ciudad suiza.

Nada de esto sería digno de tema para un post no fuera yo llevar en el bagaje un Vogue Portugal que me hizo compañía y contribuyó para que el tiempo pasara más rápido… Bueno, no tan rápido como a los editores de las revistas de moda y a los diseñadores de las grandes marcas les gustaría, una vez que no paran de sacar colecciones unas detrás de otras con tanta antelación que nos obligan a empezar a vivir las estaciones tres meses antes de lo que indica el calendario.

Pero lo cierto es que esta realidad otoñal a la que mi revista, traída de un quiosco lisboeta donde un caluroso sol de agosto incidía directamente tan sólo unas horas antes de mi llegada a Ginebra, no desentonó ni un poco de lo que fui a encontrar allí.

Ese día no sólo perdí mi vuelo a Varsovia, perdí también la noción de la estación del año en la que estamos. Fuera el cielo cargado de nubes grises oscuras hacia pensar en tardes/noches pasadas delante del fuego debajo de una manta y dentro, las páginas de mi Vogue, también.

Lo mejor es que no he tenido ni un poco de frío esa noche, casi como si mentalmente me sintiera abrigada, y he podido elegir ya las prendas de la próxima temporada que más me gustan.

viernes, 5 de agosto de 2011

off to summer (♪♫♪)

Confieso que llevo semanas deseando dejarme contagiar por el estilo de esta señora, ¡pero todavía no he podido! Sin embargo, ahora que el Verano parece, finalmente, haber llegado a la ciudad yo me voy de fin de semana para aprovechar cada rayo de sol… No sin antes dejaros con las historia de vida de la maravillosa Carmen Miranda:

Nació en 1909 en Marco de Canaveses, un pueblo del interior de Portugal, pero un año más tarde fue llevada para Brasil. A pesar de no haber vuelto nunca a su país de origen, Maria do Carmo (nombre con el que le registraron) nunca prescindió de la nacionalidad portuguesa. Ni de las influencias lusas, que ella conjugaba como nadie con detalles muy tropicales.

El apodo Carmen, que más tarde adoptaría como nombre artístico y que transformaría en una marca mundialmente conocida, se lo dio el padre, un fervoroso amante de la ópera de Bizet con el mismo nombre. El gusto por la música y por el baile también se lo debe a la influencia paterna, a pesar de este nunca haber aprobado su entrada para el showbusiness.

Carmen Miranda fue la primera artista con contrato en la historia de la radio brasileña. ¡Y no paró ahí! Después de 10 años como cantante de samba en Brasil, le invitaron para hacer un espectáculo en Broadway y a partir de ahí dio el salto a Hollywood. Fue una pieza fundamental en la "Política de Buena Vecindad" del presidente Franklin D. Roosevelt, con la cual se estrecharon los lazos entre EE.UU. y algunos países de Europa y de América Latina. También allí ella estableció records: en 1946 era la entertainer más bien pagada del país. Pero el éxito profesional no fue suficiente para compensar la infelicidad a nivel personal y Carmen Miranda terminó muriendo a los 46 años víctima de un ataque de corazón.

Su estilo, sin embargo, perduró y el tropicalismo que ella dio a conocer al mundo persiste, regresando cada dos por tres para marcar las pautas de estilo. Este Verano, por ejemplo, las ropas y joyas inspiradas en ella están por todas partes.


jueves, 4 de agosto de 2011

sitting, waiting, wishing (♪♫♪)

Todavía me acuerdo de la última vez que puse un carrete de fotos a revelar... Estábamos en el año de 2004, yo hacia mi Erasmus en Madrid y cualquier excusa era buena para sacar fotos.

Aunque empezaban ya a verse las cámaras digitales a mí me encantaba prolongar aquella incertidumbre, aquel espacio de tiempo que iba desde el segundo en que hacía una foto (que no podía comprobar como saldría) y el momento en que, finalmente, tenía el sobre con las imágenes impresas en la hoja fotográfica en mi mano.

Para alguien que no aguanta esperar, esta era para mí la más dulce y (la única) soportable espera. Un sentimiento que desde entonces no logré reemplazar por ningún otro… Hasta ahora.

Hace unas semanas compré un body en ASOS y todavía no lo vi. ¡No os asustéis! Hoy en día todas las tiendas de comercio electrónico funcionan muy bien. No es que algo haya salido mal y yo no haya podido recibir mi body, sino que como me fui de viaje a Cracovia, de allí a Lisboa, de aquí me iré a Varsovia y sólo finalmente volveré a Barcelona, donde mi compra me espera ya (desde la semana pasada) tranquilamente dentro de un cajón de mi escritorio en la oficina, no he podido ver (y mucho menos probar) el tan deseado body.

Sin embargo, y porque ahora encontré un ritual que sustituya mi antiguo ritual del revelado de las fotos, incluso antes de tener en mis manos mi primera compra ASOS, ayer hice otra.

Tengo por delante una nueva dulce espera, hasta el día 16 de agosto. ¡Ya queda menos!


Comprar online es muy fácil. ¡Y no sólo en ASOS! En Zara, por ejemplo, te dejan incluso devolver los productos en las tiendas. Y, en todas las demás marcas puedes devolver los productos durante más o menos un mes por correo si al final no te queda bien. En ASOS, por ejemplo, te lo ponen muy muy fácil porque te entregan el pedido gratis. ¡Atrévete!

miércoles, 3 de agosto de 2011

azulejos

En cinco años y medio de España muchas han sido las ocasiones en las que tuve que escuchar la pregunta: ¿A que Portugal es igual a España?

No, no lo es y a cada regreso a Lisboa lo siento en la piel. Las comidas típicas, el olor y el color del cielo de mi ciudad, el murmurio del Fado que nos llega sabe Dios de donde cuando paseamos por las calles de la capital portuguesa, la ropa tendida a la vista de todos, los tranvías amarillos que desafían la inclinación de la ciudad… nada de esto tiene equivalentes en España.

Lo que quizás nos asemeja un poco, aunque con los años se haya consolidado como una marca de Portugal, son los azulejos. El azulejo portugués (el nombre deriva de la palabra azul) es una derivación del azulejo hispano-morisco. Ha sido importado en 1498, cuando el rey D. Manuel I, viajó a Zaragoza, Toledo y Sevilla y se dejó sorprender por la exuberancia de los interiores de los edificios árabes de estas ciudades y por la proliferación cromática de la cerámica en España.

Con los años el azulejo ha sufrido muchos cambios, ha perdido color y los motivos que recrea se han “aportuguesado”… Lo hemos hecho nuestro. Tan nuestro que es de las “marcas Portugal” que más a menudo evoco durante mis viajes por el extranjero.

Hoy he querido rendirles un homenaje con sabor a verano.

La marca sueca Hennes & Mauritz, consciente o inconscientemente, creó para la estación más caliente de este año una edición especial que parece ir a beber inspiración a los azulejos portugueses. Se trata de un conjunto de 30 piezas, para toda la familia, que fue puesto a la venta en 150 tiendas en todo el mundo el pasado 26 de mayo. Y, aunque para la mayoría esta colección puede haber pasado inadvertida (porque eran pocas unidades y no se vendía en todas las flagstores), para mí no pasó seguramente.

Por dos razones: Primero porque esta colección, cuyas prendas reproducen diferentes tipos de azul (el color del agua), tiene como objetivo apoyar el proyecto WaterAid que se encarga de llevar agua potable a las poblaciones cuyo acceso al “oro líquido” está limitado (según Caroline Whatley, de WaterAid, desde 2002 las colaboraciones con H&M han ayudado ya a juntar 1,7 millones de euros). Y segundo porque de cada vez que la veo, me acuerdo de “casa”.

Ahora que estoy en Portugal, y que a todo momento veo diferentes y nuevos azulejos, no puedo parar de acordarme de la colección de H&M.






jueves, 14 de julio de 2011

90 minutos de 080


Estructura y movimiento no son necesariamente antónimos… Y hoy, en sólo 90 minutos de 080, he tenido la prueba de ello.

Dentro del histórico edificio de piedra de la universidad de Barcelona, anclado hace centenas de años en el corazón de la ciudad condal, en Plaza Universidad, hay vida. La estructura acoge por el tercer día consecutivo la 080 Barcelona Fashion Week y dentro el ambiente hierve. Jóvenes modelos, jóvenes bloggers, no tan jóvenes familiares y/o fans del trabajo de los creadores, seguidores de las novedades del mundo de la moda y diseñadores consolidados o en ascensión circulan de un lado a otro sin parar… Aquí se comparten historias y gustos y se hace moda a un año vista.

Pero no sólo la gente se mueve dentro de la estructura de la Universidad. En el desfile de la diseñadora catalana Montse Liarte también se mezclaban los dos conceptos. Prendas altamente estructuradas resultaban fluidas por la ilusión de movimiento que creaban, con  las puntas giradas hacia fuera, como una rampa de lanzamiento hacia el vacío, hacia el mundo exterior. Prendas arrapadas y pegadas al cuerpo resultaban ligeras por las telas veraniegas con que estaban hechas.

Y, aunque los colores presentados sean muy de este año (no creo que en la primavera/verano del 2012 sigamos con la misma profusión de corales y azules como la que estamos viendo este año y como la que presentó Montse en “Fricción”), la diseñadoras marcó puntos con las traseras de los looks. En casi todos había una pequeña sorpresa, un agujero que descubría la espalda de la modelo, una cremallera que se abría hasta bajo, un escote en V… 

Como en las fotos no se puede apreciar esto que para mí ha sido, justamente, lo mejor de la colección, os dejo también con el vídeo que está colgado en la página web oficial de este evento organizado por la Generalitat.

Mañana intentaré conseguir un poco más de 90 minutos y poder ir a mirar lo que se "cuece" en The Brandery para luego contaros todo. ¡Hasta mañana!


lunes, 30 de mayo de 2011

Los zapatos de las mujeres de Auschwitz

Dicen que con sólo mirar lo que la persona X lleva vestido o calzado podemos decir mucho de ella. Y eso fue justamente lo que sentí cuando, hace dos días, aprovechando mi viaje de trabajo a Cracóvia, visité los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau y, en el primer complejo (o Konzentrationslager, que en alemán significa campo de concentración), pude ver miles de objetos que pertenecieron a las víctimas.

Sus maletas, sus gafas de ver, sus ropas, sus tallit judíos y muchos otros objetos personales, pero principalmente los zapatos femeninos que se han preservado cuentan parte de los secretos de lo que pasó allí. ¡Digo parte porque después de mi visita creo que nunca jamás nadie podrá entender la real dimensión de lo ocurrido!

Detrás de un cristal en una de las salas del museo, los zapatos de las mujeres que llegaron a Auschwitz entre 1942 y 1944 se pierden en medio de una pila de zapatos de hombres y niños (los prisioneros no solo eran judíos sino también presos políticos, familias enteras de polacos que de una manera u otra han ayudado a los judíos, gitanos y/o homosexuales). Sin embargo hubo algunos que me llamaron la atención porque, y cualquiera que entienda de moda pensaría igual, eran modelos extremadamente avanzados para la época. Ricos en colores, en detalles, con elementos del folclore de sus países o bordados a mano... Y aunque los veamos allí parados, degradados por el paso del tiempo, todavía tienen la capacidad de  comunicarnos un poco sobre el poder adquisitivo de muchas de las mujeres que fueron llevadas hasta allí, para morir o desnudas y con la cabeza rapada en una cámara de gas nada más llegaron o desnutridas, enfermas y cansadas por continuados trabajos forzados y torturas.

Más allá, estos zapatos nos dejan entrever que al llegar allí todos esperaban algo muy diferente a la muerte que acabó por llegar tarde o temprano. Sino no hubieron llevado su mejor calzado y las maletas cargadas con sus ricas pertenencias y muchas ilusiones…


miércoles, 4 de mayo de 2011

compras con intropia ( = interior + utopía)



En Portugal solemos decir que las “charlas son como las cerezas”. En este contexto sería igualmente cierto decir que las ideas son como las cerezas… cuando coges una vienen luego otras detrás.


Hace dos semanas nuestra profesora de Brand Meaning nos dijo que para día 5 de mayo (¡nunca más me puedo poner con el proyecto final!) teníamos que hacer nuevo trabajo de grupo, esta vez un prisma de identidad de marca. Había que elegir una firma nacional, con punto de venta en Barcelona y en la cual nosotras, humildemente, detectáramos algún problema. Hemos elegido Hoss Intropia, cuyo problema que le vemos no es tanto un problema sino algo que la marca podía hacer mejor. Porque, la verdad, es que casi todo lo hacen perfecto. Tienen tiendas monísimas e impecables. Además de campañas que están protagonizadas por mujeres completas, que son madres, trabajadoras, artistas y embajadoras de causas sociales (vamos, la girl next door en versión adulta), como Helena Christensen, Tamara Rojo o Sophie Auster (¡que me encanta!). Bien como prendas que son un encanto, principalmente para alguien como yo que es una fan confiesa de los estampados y colores… ¿Entonces, qué pegas les podíamos poner a Hoss Intropia?


¡Pocas ya os digo! Y menos ahora. Porque, como las cerezas, la secuencia de contactos que hemos iniciado con la marca para este trabajo nos llevó a ser invitadas para su mercadillo solidario, donde hemos podido comprobar que, para colmo, la marca es súper solidaria. Lo han sido desde el inicio y siguen queriendo apostar fuerte en la responsabilidad corporativa como una marca de su carácter. Por eso cada seis meses, para liquidar existencias, Hoss hace una venta de tres días con prendas tiradas de precio.


Ahora preguntáis: ¿y eso qué tiene de solidario? Solidaría quizás con los bolsillos de sus clientes. Pues no sólo. Una parte de la recaudación de este Mercat Solidari será destinada a la reconstrucción del taller ocupacional de la fundación Boscana, una entidad catalana sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar la calidad de vida de mujeres con discapacidad psíquica.


La calidad y diversidad de las prendas expuestas es sólo una de las razones para (hasta las 20h30 de mañana) pasar por el stand de la marca Lexus que está en el número 82 de la Calle París. La otra, porque aquí al comprar estamos ayudando.


Yo he contribuido comprando unas modernas y originales sandalias doradas que son, ni más ni menos, el detalle que faltaba a mi look para la boda número 1 (ahhh, si, quizás todavía no os lo dije pero este año vuelven las boda… ¡tengo dos!). De Barcelona esta iniciativa sigue para Madrid y Sevilla. ¡Estad atentas a lo que se “cuece” en vuestras ciudades o a la página web y Facebook de la marca. Os dejo con algunas imágenes de la nueva colección Hoss para animaros.








miércoles, 27 de abril de 2011

match point para la moda

Los miércoles son mis días favoritos de la semana. ¡Son los días en que juego a tenis! Por eso precisamente hoy, un miércoles, decidí homenajear aquella que es otra de mis grandes pasiones. Para ello he recuperado un post escrito por Lorena Coelho, amiga, compañera de clase y de proyectos, sobre la moda en el que para mí es el deporte rey.


La moda en tenis se remonta al siglo XIX, exactamente a 1883, al torneo inglés de Wimbledon. En ese momento sólo participaban los hombres, cuya vestimenta se componía de pantalones de franela y camisa blanca, añadiendo algunas veces cuello en V o suéteres de punto para agregar un toque de estilo a su apariencia. "Big" Bild Tilden sería el icono de estilo sobre la hierba, por excelencia, para más adelante ser Henry Austin el primero en llevar pantalones cortos, iniciando una forma de vestir diferente. A partir de entonces, pasará casi medio siglo hasta que un jugador como John McEnroe, popular por sus ataques de ira rompiendo raquetas, impulsara un corto de pantalón más extremo, además de incorporar color y bandas en la cabeza.

"Big" Bild Tilden (1924), Henry Austin "Bunny" (1932) y John McEnroe (1970)


Pero si hay un jugador que ha hecho mella en el vestir del tenis ese es, sin duda, René Lacoste. Después de su retirada, en 1933 fundó la compañía de indumentaria Lacoste, cuyo logo es, como lo era su apodo, un cocodrilo. El sobrenombre lo había adquirido tras una apuesta realizada cuyo premio fue una cartera hecha de piel de cocodrilo.

En el caso femenino, será en 1884, cuando la mujer salte al terreno de juego mostrando un estilo que dista mucho de la actualidad. Tapadas desde el cuello hasta los tobillos, el paso del tiempo permitiría a las jugadoras encontrar la comodidad que proporcionarían los vestidos más cortos, siendo Maude Watson la impulsora de estas prendas. En el siglo XX la revolución llegaría de mano de Gertrude "Gorgeus Gussie" Moran quien pediría permiso para poder llevar prendas de color, algo que sería denegado hasta el día de hoy, puesto que Wimbledon obliga a vestir enteramente de blanco. Ante la respuesta, Gussie reprendería llevando una falda que mostraba su ropa interior. Todo un escándalo para aquella época.

Maude Watson (1884), Suzanne Leglen (1919) y Gussie Moran (1949)

Pero si hay una jugadora de tenis que se ha hecho famosa por su aspecto, más que por su juego, esa es Anna Kournikova. Adidas, sponsor de la jugadora rusa encontraría en ella la imagen que buscaba para representarla. La mujer perfecta para llevar prendas más cortas y ajustadas que se mezclarían con complementos y patrones más elaborados.

En 2001, la jugadora checa Martina Hingis incluiría un carácter innovador en el atuendo deportivo. En este caso, se trataría de incluir tejidos más ajustados aportándole mejor movilidad, además de una manga larga que permitiría guardar la temperatura corporal. El primer detalle lo incluiría Nike más adelante en las equipaciones de otros deportistas, como Rafa Nadal, junto a los pantalones piratas.

Desde entonces, la moda se ha hecho eco del interés mediático que proporcionan las tenistas. Por ello que muchas de ellas tengan la posibilidad de diseñar la ropa con la que jugarán, como por ejemplo Venus Williams o María Sharapova. Mientras que la primera muestra su lado más agresivo y provocador con escotes pronunciados y tejidos brillantes, la jugadora rusa es opuesta. Conocida por sus gritos, en su vestimenta encontramos tejidos vaporosos, volantes y un sinfin de detalles más propios de una fiesta que de un partido.

Venus Williams

María Sharapova

Ralph Lauren es, a día de hoy, el diseñador más vinculado al deporte, siendo el encargado de la vestimenta del cuerpo técnico en los torneos de Wimbledon y US Open. Si Giorgio Armani trataba a los actores de Hollywood como "el mejor escaparte de sus prendas", el diseñador americano se decantaría por el tenis para promocionar sus colecciones.

Equipación de los árbitros y recogepelotas de Wimbledon

Otro caso donde la vestimenta forma parte del reglamento deportivo es en la Copa Davis. Se trata del campeonato más importante por selecciones nacionales en tenis, donde cada equipo estipula los colores que portará a lo largo de todo el torneo. De no cumplir lo establecido recibiría una sanción económica...

Para leer el post original, en el blog de Lorena Coelho, Una Forastera en Barcelona, ¡pincha aquí!


miércoles, 13 de abril de 2011

número 1

Esta es la razón por la cual The Closet ha pasado por unos meses de tranquilidad (yo diría mismo de abandono)...


Pero ahora que Portrait ya está en las calles, y también en YouKioske.com, puedo volver a utilizar este blog con la finalidad con que fue creado: compartir lo más frecuentemente posible las noticias más interesantes sobre el mundo de la moda y mi visión sobre ellas. Y, quien sabe, publicar ahora todos los textos que me hubieron encantado escribir desde el inicio del año y para los cuales sencillamente no tuve tiempo.

¡Vuelve The Closet!


lunes, 14 de febrero de 2011

la pareja it

Hablando de San Valentín, he aquí la “dupla” de la moda más compenetrada del momento. Ya sabemos que en este business tener una unión consolidada es medio camino para el éxito, principalmente si tu marido es heredero de una marca de peleteros y tu la futura dueña de una marca de marroquinería o si estás intentando empezar tu propio negocio y tu pareja es un “coco” para la economía o las finanzas. Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, Giorgio Armani y Sergio Galleotti, Donna Karan y Stephan Weiss o YSL y Pierre Bergé son sólo algunos de ejemplos de parejas cuyos miembros han encontrado el equilibrio juntos en el campo personal bien como en el laboral.

Scott Schuman y Garance Doré son otro caso… Él, ex director de un showroom de moda masculina, ha sido el gran responsable por la reciente mediatización de una práctica ya antigua, y muy utilizada por el estilista Ray Petri, de traer para el “estrellato” a gente anónima de la calle con sus defectos pero también con sus calidades y estilismos únicos. Su blog, The Sartorialist, de street stylers y trensetters callejeros (del cual también se editó un libro) dio la vuelta al mundo, pero no fue eso que impulsó el trabajo de su novia, la francesa Garance Doré.

Ella, ilustradora y la típica fashion victim parisina, de aquellas que siempre incorpora a sus estilismos uno o varios detalles muy personales, se ganó por merito propio el cariño del publico. Su blog individual, donde nos cuenta cada semana a través de fotografías de su propia autoría, ilustraciones o textos geniales de tan cercanos que resultan cuales las andaduras de diseñadores y fashionistas, tiene tantos seguidores como el de su novio. Y muchos de ellos ni son comunes. Los que sí son comunes, como es mi caso, se dan cuenta del equilibrio que esta pareja logró encontrar entre la vida personal y las carreras de cada uno, que incluso cuando se cruzan casi parece que no se tocan, además del cariño que cualquiera de los dos enseña en su blog hacia el otro. A mí me parecen enternecedores…

PD. Además me encanta como ella es un poquito más alta que él, principalmente cuando lleva tacones, ¡y no pasa nada!


sábado, 12 de febrero de 2011

D.MCQ


Febrero está casi llegando al final y, por segundo año consecutivo, el mes quedó marcado por una noticia que sorprendió todos los que trabajan o se interesan por el sector de la moda. 

Este fin de semana hemos visto como John Galliano era apartado (al menos temporalmente) de Dior y hemos temblado ante la posibilidad de que, el día 4 de marzo, el diseñador no salga al final de la presentación de la colección prêt-à-porter para el próximo otoño/invierno de la marca para recibir los aplausos por las prendas que él creó. La verdad es que no me extrañaría nada si me dijerais que este escenario os provoca una rara sensación de déjà vu… ¡Porque a mí me pasa exactamente lo mismo! Hace más o menos un año hemos vivido una situación semejante cuando, el día 9 de marzo, una vez terminado el desfile de presentación de la línea que había preparado Alexander McQueen para su casa este no estaba para saludar público y prensa. 

El 11 de febrero de 2010, el creador británico había abandonado por su propia voluntad el mundo de la moda (y el terreno) privándonos a todos de descubrir lo mucho que su desenfrenada creatividad aún podría generar. Sin embargo, no todo han sido malas noticias. En octubre pasado hemos podido comprobar como la firma sigue viva y pulsante, arrullada por la que había sido durante los últimos 14 años la ayudante de McQueen. 

Las colecciones (al menos hasta el momento) no han prescindido ni un poco del romanticismo originario o del contraste de conceptos que el malogrado diseñador siempre les imponía. Fragilidad vs. fuerza, tradición vs. modernidad y fluidez vs. severidad siguen siendo marcas de cada una de las prendas McQueen. Los desfiles tampoco han perdido su carga emocional y cruda energía. Pero, entonces, ¿qué perdemos con su muerte? 

Una pregunta claramente retórica porque, sin hacer el mínimo esfuerzo, puedo acordarme instantáneamente de algo aparentemente sencillo que se perdió con su partida. 

Alexander McQueen, tan sólo 14 meses antes de morirse, había protagonizado un vuelco en la historia de la moda. Fue el primero en (intentar) exhibir, a 6 de octubre de 2009, un desfile de moda en streaming. Ahora, ya otros jóvenes diseñadores unen con maestría su labor creativa al interés por las nuevas tecnologías, haciendo de sus desfiles una experiencia para todos los sentidos y para todo el mundo, literalmente. Estoy por ejemplo pensando en Cristopher Bailey, que a cada show va un paso más lejos en esta caminada online. Pero el primer en dejar que las nuevas tecnologías entraran de lleno en sus espectáculos, el visionario, ha sido McQueen. 

Lejos han quedado los tiempos de las pequeñas y grandes Pandoras que llevaban meses recurriendo Europa, llegando muchas veces a su destino cuando la estación ya estaba cerca de terminar. Hemos también dejado atrás los diseñadores “egoístas”, como Balenciaga o Givenchy. Hoy, para existir en la moda, hay que ser visto. Ya lo dijo Margarita Riviére en los setenta, en su obra Moda: ¿Comunicación o Incomunicación?. “La moda requiere ser vista para ser imitada y aceptada”, pronosticó. Y, aunque hasta Alexander McQueen algunos diseñadores hayan intentado poner esto en práctica de una manera más o menos global, más o menos exitosa, ha sido el británico quién mejor supo beneficiarse de la modernidad y de las nuevas tecnologías para hacerse visible a nivel mundial. 

La compensación por su papel pionero en el sector, por haber logrado hacerse tan visible, fue el hecho de que su muerte haya sido sentida en unísono en todo el planeta. En el día 11 de febrero de 2010 todo el mundo estuvo unido por un mismo espanto, un mismo sentimiento de pérdida, un mismo adiós. 

Un año después, y a través de imágenes de algunas de sus colecciones, me gustaría volver a homenajearle. 

Colección de Primavera/Verano 2001

Colección de Otoño/Invierno 2001

Colección de Primavera/Verano 2002

Colección de Otoño/Invierno 2002

Colección de Primavera/Verano 2003

Colección de Otoño/Invierno 2003

Colección de Primavera/Verano 2004

Colección de Otoño/Invierno 2004

Colección de Primavera/Verano 2005

Colección de Otoño/Invierno 2005

Colección de Primavera/Verano 2006

Colección de Otoño/Invierno 2006

Colección de Primavera/Verano 2007

Colección de Otoño/Invierno 2007

Colección de Primavera/Verano 2008 

Colección de Otoño/Invierno 2008

Colección de Primavera/Verano 2009

Colección de Otoño/Invierno 2009

Colección de Primavera/Verano 2010

Colección de Otoño/Invierno 2010

Texto de: Mafalda Soares Caldas
Fotos de: Style.com