viernes, 31 de diciembre de 2010

McQueen y el año viejo

En Europa, la tradición es pasar la nochevieja vistiendo de negro (o, más recientemente, de dorado o plateado), sin embargo no pasa lo mismo en todos las culturas. En Brasil, por ejemplo, al entierro del año viejo y nacimiento del año nuevo todos sin excepción atienden vestidos de blanco. El blanco es el color de la esperanza y de la paz, dos de los deseos que invariablemente escribimos (mental o efectivamente) en las listas que leeremos pasados pocos segundos de la medianoche del día uno del nuevo año.

En este final de año yo he decidido hacer como los brasileños y vestir de blanco. Para inspirarme he echado un vistazo a la última colección de un diseñador que marcó 2010: Alexander McQueen. El año que en unas horas despedimos quedó, sin lugar a dudas, marcado por su muerte, por la incertidumbre de quien le sucedería al mando de la casa que lleva su nombre, por la genialidad de su colección póstuma y por el éxito de la primera colección creada de raíz tras su "partida". En ella, Sarah Burton usó y abusó del blanco, o no fuera esta una colección de Primavera/Verano.

Pero porque en días de fiesta las estaciones quedan diluidas e incluso con las bajas temperaturas europeas se admiten sandalias y vestidos palabra de honor, no pasa nada si yo hoy me visto toda de blanco, inspirada por las creaciones de la marca inglesa para la próxima temporada estival, y arriba me pongo tres capas de buenos abrigos invernales.

Para tentaros a también desafiar el frío y a brindar a 2011 con el corazón lleno de esperanza y paz, y el cuerpo envuelto en blanco, os dejo algunos de los looks McQueen presentados el pasado octubre en la Semana de la Moda de París.

¡Feliz 2011 a todos!


lunes, 20 de diciembre de 2010

la gran venganza

Chanel, incluso después de muerta, sigue engendrando su gran venganza: vestir de pobres a las niñas ricas. Lagerfeld es su fiel ejecutor hasta los días de hoy y en el inicio de este mes ha vuelto a cumplir su misión.

La infancia de Coco estuvo muy marcada por la diferencia de clases, entre ella y las demás niñas de su colegio donde junto con su hermana fueron educadas por “caridad”, una vez que eran huérfanas de madre y habían sido abandonadas por su padre, y la rabia por esta realidad jamás abandonó la modista.

Su ropa era austera porque era un reflejo de su gusto personal y una respuesta a la necesidad de libertad que las mujeres de su tiempo no sabían qué significaba pero que ella conocía bien, pero también porque era el objeto de su gran venganza. Además de los sombreros depurados de accesorios, de las prendas de punto o inspiradas en los trajes de trabajo masculinos, del negro de sus colecciones que todavía era una reminiscencia de su uniforme de pequeña, también los complementos Chanel eran diferentes de las joyas que tradicionalmente se llevaban… y siempre falsos.

En una época en la que las mujeres eran un escaparate ambulante del poder adquisitivo de sus maridos, desfilando por las ciudades encasilladas por trajes caros y cargando joyas verdaderas, Chanel inventó el concepto de bisutería. Sus accesorios eran ricos en detalle, porque estaban hechos con técnicas de joyería, pero no en valor, una vez que sólo contaban con piedras falsas.

Más tarde, durante la crisis de los años 30, el gremio de los joyeros de Francia le pidió que incorporara piedras verdaderas a sus accesorios, para ayudar el sector a revivir, a lo que ella accedió creando para el efecto un remake de su primera colección pero esta vez con zafiros, esmeraldas y diamantes de verdad. Sin embargo, con el tiempo y ya después de la muerte de Coco la marca ha vuelto a fabricar piezas de fantasía. Eso sí, siempre sin perder la influencia de las joyas de los zares, los bizantinos y los bárbaros con las que Chanel se familiarizó mientras salía con el ruso Dimitri Paulovitch.

El pasado día 7 de diciembre 67 looks compuestos por prendas y accesorios con estas influencias han vuelto a pisar una pasarela en la casa de la Calle Cambon, pero esta vez han sido diseñadas por Karl Lagerfeld. Son parte de la pre colección de la marca, o colección crucero, a la cual dieron el nombre de París-Byzance, y siguen la tendencia de vestir (o en este caso “accesorizar”) a las niñas ricas como si fueron pobres idealizada por Madeimoselle Chanel.



viernes, 3 de diciembre de 2010

shopping night

No ha sido nada extraño constatar que conocidos estilistas del jet set español que suelen ir en zapatos de tacones ayer se los han dejado en casa. Es que patear todo Paseo de Gracia en unos stilletos de 10 centímetros no es tan fácil como andar por los pasillos de la Bread&Butter, Cibeles, 080 u otras muestras tales. ¡Que lo diga yo! Sin embargo la noche de ayer, y la celebración de la primera Shopping Night en la ciudad condal, invitaban al glamour.

A pesar de que el evento se empezó a comunicar tarde, los fashionistas (y no tan fashionistas) catalanes han adherido en peso. Ni el frío que este año vino antes impidió que la gente de Barcelona saliera a la calle a probar que también merece tener una noche de compras, con los mismos lujos que Vogue proporciona a los madrileños cada año en su Fashion Night Out de septiembre.

Bajo las luces recién inauguradas del alumbrado navideño, la gente más que caminar desfilaba por un Paseo de Gracia que parecía vivir una de sus míticas tardes de sábado en época de navidades. Sin embargo, dentro de algunas tiendas el escenario no reflejaba lo que pasaba fuera. Principalmente las tiendas que están más abajo, más hacia Plaza Catalunya. Estas o proponían algo muy interesante o estaban vacías… Phard, por ejemplo, con su espectáculo de música brasileña en vivo, logró atraer la atención de los transeúntes pero no logró hacerles entrar. Tommy, que está justo al lado, proponía algo diferente. Dentro una estilista te vestía de la marca, maquilladores de Bobbi Brown te maquillaban y una fotógrafa sacaba una foto de ti y de tu grupo de amigos vestidos de Hilfiger, reproduciendo la actual campaña de la Meet the Hilfigers. La foto la podías imprimir allí mismo y llevártela a casa pero ni así, ni después de tener que probarse la ropa de la marca por fuerza, la gente sentía necesidad de comprar. Eso sí, la tienda estaba llena.

Otro punto de convergencia era la casa Battló, donde el propio Custo Dalmau supervisaba la venta (al 70%) de sus colecciones. El outlet estará montado en este mismo sitio hasta día 11 de este mes, pero aparentemente los catalanes que ayer salieron a la calle no han querido dejar de prestigiar aquella que es la marca más conocida y más querida Made in Catalonia y han hecho cola para entrar al menos a mirar. Sí, porque en este, bien como en otros espacios, la gente más que comprar miró. Tiffany & Co. inaugurada poco más de 48 horas antes es un ejemplo claro de eso. La tienda atrajo a muchos curiosos pero, está claro, no a muchos compradores. En el Hotel Majestic, donde diseñadores como Manuel Bolaño o Gori de Palma vendían parte de sus colecciones, pasaba lo mismo. La gente se codeaba alredor de la barra y se peleaba por conseguir (más) una copa, pero pocos llegaban a pasar por caja.

¡Una pena! Si tenemos en cuenta que la iniciativa costó a las tiendas que adhirieron algo como 2.000 euros por hora, el hecho de que haya sido un flop a nivel de vendas puede hacer con que el próximo año por estas fechas las marcas se lo planteen dos veces… O, mejor dicho, ¡algunas marcas! Porque Mango no tendrá razones de queja. A lo mejor el ejemplo de las ganancias conseguidas ayer por esta súper cadena española inspirará los suizos de COS y el próximo año no dejarán a sus fans (una servidora incluida) a dos velas, carpiendo por no poder comprar esos fantásticos jeans color maquillaje con descuento o en un ambiente de fiesta como el que se vivía ayer. Eso sí, porque aunque mucho no hayan facturado, nadie puede decir que se quedó corto de fiesta. ¡La primera Shopping Night fue toda una velada!

Fotos de: Luis Requena y Marc Solé