lunes, 31 de mayo de 2010

los domingos al sol

Los domingos son días de indolencia. De despertares tardíos, de comidas eternas y generalmente consistentes y de tardes que pasan lentamente hasta que se hace noche y el domingo se transforma en lunes. Al menos este era el plan de los domingos de mi pasado en Portugal. Sin embargo en España, y más aún en Cataluña, los domingos son días de mucha actividad. Son días de petanca.

Este juego, con más de 26 siglos de historia, se hizo famoso en Europa de la mano de los griegos (al inicio jugaban con piedras de río planas, pero pronto las reemplazaron por piedras redondeadas). Fueron ellos quienes codificaron el deporte de tirar bolas. Pero mientras que los griegos median fuerzas enviando cada uno bolas de tamaños diferentes lo más lejos posible, los romanos se concentraron en la habilidad de esta “competición” y desarrollaron la idea de un objetivo al que había que aproximarse (boliche). En 1910, se organizó el primer concurso oficial en Francia, en la región de Provenza, y a partir de ese día el éxito del juego de bolas no ha parado de crecer. Con el paso de los años incluso se precisa y se diferencia de los juegos de inspiración análoga, como los bolos, el palet bretón, el bowling, las bochas o la petanca sobre hielo (el curling).

La petanca, cuyo nombre deriva de la expresión francesa pieds tanquées (en castellano, pies juntos), se juega fuera de puertas en la arena o tierra y consiste en tirar una bola lo más cerca posible de un objetivo. Puede jugarse a dos, uno contra uno; en dupletas, dos contra dos, o en tripletas, tres contra tres. Las partidas son generalmente de 13 puntos; cada punto va para el contrincante que tiró la bola más próxima al boliche. Y el adversario debe continuar jugando sus bolas hasta que recupere el punto. Cada bola de un mismo equipo, si ninguna bola del equipo contrario está más cerca del objetivo, cuenta como un punto, y estos puntos se cuentan al final de cada tirada, cuando se hayan tirado todas las bolas.

El jugador cuando tira la bola debe de estar dentro de una circunferencia que no puede medir menos de 35 centímetros, ni más de 50 centímetros, de diámetro. ¡De ahí llamarse “pies juntos”! Hay dos maneras de tirar las bolas; apuntando, que consiste en tirar la bola con cuidado, tratando de acercarse lo máximo posible al boliche, o tirando, cuando se lanza la bola con cierta fuerza para apartar una bola contraria, golpeándola.

El juego no parece muy difícil, ¡pero no hay que confiarse de esta apariencia! La petanca tiene muchas sutilidades, en la manera de tirar las bolas, en la elección de lo que se tiene que hacer en el momento adecuado y en la determinación de una táctica y estrategia de equipo.

Durante años la afición a este juego ha inspirado a escritores y artistas, como Karl Lagerfeld. Chanel tiene dos conjuntos de bolas de petanca que cumplen exactamente el reglamento de la FIPJP (Fundación Internacional de Petanca y Juegos Provenzales), o sea, son metálicas con un diámetro comprendido entre los 7,05 y los 8 centímetros y un peso que oscila entre los 650 y los 800 gramos. El boliche es de madera, con un diámetro entre 25 y 35 milímetros.

Como la petanca puede ser jugada por cualquiera, no es extraño que durante la presentación de la colección Crucero de Chanel en Saint-Tropez viéramos a un par de modelos y celebridades probando su suerte con las bolas, bajo el sol de este inicio de verano. Como los viejos de ayer que, en pleno Paseo Sant Joan, intentaban con esta actividad ahuyentar la indolencia tan propia de los domingos. 


jueves, 27 de mayo de 2010

ideas inteligentes

El mes pasado la marca de ropa y complementos deportivos PUMA lanzó un proyecto innovador que tiene como objetivo un ahorro significativo de energías.

Una novedosa caja de zapatos y bolsa, concebidas por el diseñador industrial Yves Béhar, que sustituyen a las tradicionales cajas de cartón y bolsas de plástico.

El nuevo envase forma parte de la campaña PUMAVision que pretende, hasta 2015, disminuir drásticamente los indicadores de consumo de energía y la producción de desperdicios de la marca. Según explica el CEO de la Compañía: “Durante muchos años quisimos ser la marca de ‘sportlifestyle’ más deseable del mercado. Ahora queremos ser la más deseable y la más sostenible”. Este reto pasa también por adoptar otras medidas, tales como reducir en 25% la emisión de CO2 y el consumo de agua, electricidad u otras energías en todas las oficinas, tiendas, almacenes y fábricas de PUMA; reducir en 75% el consumo de papel y promocionar iniciativas que repongan las fuentes de papel en la naturaleza, tales como la plantación de árboles; reducir en 25% la emisión de CO2 a través de un transporte más eficiente y, finalmente, aumentar en 50% la inclusión de materias primas sostenibles en la elaboración de sus productos. PUMA se compromete a utilizar algodón orgánico, algodón hecho en África o poliéster reciclable. Todo esto porque desde la marca creen que ya “han quitado demasiado a la naturaleza”…

Únicamente con la inclusión de esta versión de caja de zapatos y bolsa dos en uno, PUMA estará ahorrando al año 8.500 toneladas de papel, 275 toneladas de plástico, 20 millones de megajoules de electricidad y 1 millón de litros de agua. También durante su transporte habrán cambios significativos, de este modo 500.000 litros de combustible serán ahorrados.

El principio es grandioso, la idea (aparentemente) sencilla y la marca contrató a uno de los mejores profesionales del área para poner en marcha este proyecto. Sin embargo, el nuevo envase tardó 21 meses en nacer.

Todo porque Yves Béhar quiso tomarse su tiempo para analizar la forma cómo se envasan los millones de pares de zapatillas que la marca vende al año, y cómo estos envases son cargados por los clientes. Y así, partiendo de esta observación, fue como se le ocurrió la idea de diseñar esta “Clever Little Bag”, que combina una caja de zapatos y una bolsa en un mismo producto (disminuyendo la cantidad de materia prima necesaria) y donde se sustituye a los tradicionales cartón y poliéster por materiales reciclables.

Esta caja/bolsa inteligente y amiga del medioambiente será lanzada en el mercado en la segunda mitad de 2011. Y, aunque en una primera fase apenas exista una versión para envasar zapatillas, la marca quiere que hasta 2015 todos sus productos tengan una bolsa ecológica a su medida.

Según palabras del designer: “La iniciativa de PUMA toca uno de los puntos más sensibles de la industria, la poca sustentabilidad y el daño ambiental que conllevan sus procesos de producción y venta. Sus preocupaciones son una gran inspiración y esperamos que una base para que otras empresas busquen una solución semejante”.

Desde luego yo no lo podría decir mejor...

miércoles, 26 de mayo de 2010

ícono de estilo

En Londres, en el Museo Victoria & Albert, estará patente hasta el día 26 de septiembre una exposición que combina alta costura, glamour de cine e historias de princesas. ¿Ya podéis imaginar de qué va, verdad?

Grace Kelly (1929-82) fue una de las mujeres más fotografiadas del siglo XX (título que cargan hoy en día sus hijas y nietos) y una actriz de gran proyección, musa de directores como Alfred Hitchcock. En 1953 se ganó un Globo de Oro y en 1955 un Oscar, por su interpretación en la película Mogambo. Aparte fue también Princesa de Mónaco.

En abril de 1955, en un desplazamiento a Cannes, con motivo del Festival de Cine, conoció el Príncipe Rainier. Un año después el monarca anunciaba oficialmente su noviazgo con la actriz. De EEUU para la Europa trajo todo su encanto y un sentido estético muy fuerte, por eso no es raro que pronto se haya identificado con las creaciones de los diseñadores franceses del momento.

En esta muestra se recogen, a través de la analice de su guardarropa, cuatro décadas de la vida de Grace Kelly y las varias facetas de este ícono de estilo.

Veremos como trabajaba de cerca con aquellos que diseñaban su vestuario en las películas y les daba sugerencias o como, dentro y fuera de la pantalla, era una perfecta embajadora de la moda y de los modistos norteamericanos. Siempre que utilizaba determinado vestido para ir a un evento, al día siguiente los grandes almacenes empezaban a venderlo como “el look de Grace Kelly”. Y los fans no resistían a imitarla.

Grace Kelly, que en sus películas casi siempre interpretaba papeles de mujeres de clase alta o incluso pertenecientes a la realeza, empezó a ser considerada una verdadera “princesa de Hollywood” cuando el heredero de una de las monarquías más antiguas del mundo le pedió su mano. Y, aunque haya querido/tenido que abdicar de su carrera, hizo su última aparición en una película de MGM el mismo día de su boda. Los preparativos para las ceremonias, tanto religiosa como civil, y el momento del “¡Sí quiero!” han quedado registrados en la lente de las cámaras de la produtora. Esto contribuyó para que las que vivimos hoy podamos ser testigos de una boda que ocurrió en abril de 1956 y para enriquecer el “fenómeno Grace Kelly”, que nunca más se apagó.

Su visibilidad la utilizó para apoyar públicamente a causas sociales y culturales. Para este nuevo papel, bien como para el de mujer y madre, tuvo que adoptar su guardarropa. Solía decir: “Nuestra vida dicta que vestuario debemos utilizar. Creo que es importante primero ver si tu personalidad cabe en las ropas y sólo después ver si cabe tu cuerpo”. En este período las creaciones que le “encajaban” mejor eran las de Dior, Balenciaga, Givenchy y Yves Saint Laurent.

Como actriz o princesa, ¡siempre se mantuvo fiel a su estilo! Esto le rindió homenajes en vida y también póstumas de diseñadores tan conocidos como Hermés, que creó un bolso de mano con su nombre, o de Vera Wang, quién diseñó una colección entera de vestidos de novias inspirada en el atuendo que Grace Kelly utilizó en su boda.

Sus ropas y la importancia que desempeñaron en las distintas épocas de su vida pueden ser vistas en esta exposición patrocinada por Van Cleef & Arpels, que presta así tributo a la familia real monegasca y a una “amistad” antigua que empezó con el anillo de diamantes y perlas que Rainier encargó a la marca por ocasión del pedido de noviazgo.

La muestra incluye también otras actividades, como talleres de dos días de patronaje o de sombrería de alta costura, cada uno con un precio extra de 240 libras (más o menos 280 euros).


martes, 25 de mayo de 2010

de viaje

Las lavadoras se suceden. Ropa oscura, ropa blanca, ropa de color. Después de tendida y secada la ropa es doblada y empieza a ser empilada en cima de una mesa que nadie utiliza. El monte va creciendo hasta que llegue el momento de poner toda la ropa dentro de la mochila…

En una semana y media parto rumbo a Europa. Serán 24 días de viaje, de largas caminadas, de cenas en exquisitos restaurantes a los cuales no tendré la posibilidad de volver a menudo, de muchas horas pasadas en trenes, de 20 horas de viaje en barco de regreso a casa, de sol y de lluvia por un continente que en junio no nos ofrece el mismo tiempo en cada uno de sus rincones. Muchas características y condiciones que hay que barajar a la hora de elegir los outfits a llevar. Y al final ¡todo tiene que caber en una mochila de 70 litros!

Seguro que todas estáis solidarias y que podéis imaginar mis dilemas, las infinitas listas de cosas a no olvidar que ya hice y que ya fui perdiendo por ahí, las inseguridades a la hora de decantarme por unas hawaianas rojas o platas, sabiendo que si echo a faltar las que no llevo no puedo volver a casa y rescatarlas.

Aquí os dejo mi lista de básicos (que tendrá inclusiones y cambios de última hora, ¡fijo!), para las que estéis pasando por lo mismo o para las que ya habéis pasado y queráis dar sugerencias:

- Unos leggings vaqueros
Porque son cómodos, los podemos llevar de día o de noche y tienen infinitas posibilidades de combinación


- Unos leggings de punto
Para dormir en las noches más frías de las ciudades más frías o para poner con una túnica y un pañuelo y llevar durante el día

- Unos pantalones pitillo de punto de chándal
Para poner con un cinturón bonito y salir a cenar con amigos o para conjugar con bambas y llevarlos a pasear

- Unos cuantos vestidos leves para las noches
Porque por veces también apetece quedar de copas con viejos os nuevos conocidos e ir un poquito arregladas

- Un par de faldas
Porque son femeninas, más cómodas cuando tenemos que pasar horas sentadas en un tren y muy frescas para pasear en las ciudades donde haga calor

- Dos o tres bermudas
Porque son curtas lo suficiente para que no nos muramos de calor, pero largas al punto de evitar que nuestras piernas rocen mientras caminamos

- Jerséis de punto
Porque son el complemento ideal para las mañanas más frescas y quedan bien vayamos casual o arregladas

- Un pañuelo de punto que se transforma en jerséi, en capucha, en bolero o en vestido
Por su versatilidad

- Un montón de camisetas de lycra
Porque van bien con todo, se doblan muy dobladitas no ocupando casi ningún espacio en la mochila y porque pueden ser lavadas en cualquier pica y secan muy rápido

- Un blusón vaquero y un cortavientos
Porque para las menos frioleras es suficiente abrigo y los podemos poner a la cintura mientras caminamos

- Una bandolera para pasear durante el día
Porque, al contrario de las riñoneras, no canta “soy turista”

- Un mini bolsito de mano para las noches
Porque, como no estamos “en casa” y no tenemos que llevar llaves de casa, de la moto, móvil, documentos de la moto y afines a todas partes, es más que suficiente para tener todo lo esencial siempre a mano

- Unas gafas de sol baratas
Porque seguro que las vamos a perder, a sentarnos en cima de ellas en el tren o a chafarlas por guardarlas en nuestras bandoleras cuando el sol desaparece y nosotras seguimos pateando el centro de las ciudades

- Unas sandalias de cuña para la noche
Porque estilizan sin dejar de ser cómodas, más aún porque la mayoría de las ciudades europeas tienen aceras donde es muy fácil caminar con tacones

- Unas zapatillas para pasear
Porque las hay muy fashion y serán siempre el calzado más apropiado de todos para caminar

- Unas hawaianas
Para utilizar en el hostal y ducharnos sin tener que poner los pies en el suelo del baño

- Unas bailarinas negras
Porque son cómodas y bonitas tanto de día como de noche

- Una crema de cara y otra de cuerpo con FPS alto
Para que el sol no estropee la piel mientras paseamos ni cuando estamos tendidas en las tumbonas del barco, al lado de la piscina, en medio del mediterráneo

Y ahora, ¡a hacer el check-in!


sábado, 22 de mayo de 2010

pecado muy original

Hacer dietas está de moda. Mejor dicho, ¡comer sano está de moda! Pero en este desierto alimenticio en el que viven las fashionistas existe un pequeño oasis de dulzura, un pequeño pecado totalmente confesable: los cupcakes.

Hace unos días una amiga me decía: “Los cupcakes son una mentalidad”. Una chorrada que en realidad quiere decir que los cupcakes no son magdalenas, no son petits gâteaux, no son muffins… ¡Y están mucho mejor!

Se hacen con tazas de ingredientes (surgieron en una época en que no se pesaba nada y así se mantuvo hasta hoy su proceso de manufactura) y es en su toping que reside el secreto. Allí los verdaderos artistas pasteleros se pueden desmadrar y crear de todo un poco, pequeños mundos de detalle y lujo en la cumbre de un simple pastelito. 

Como en el caso de estos cupcakes, de una tienda lisboeta recién abierta consagrada sólo a la venta de estos pasteles. Aquí las designers han reproducido prendas de ropa únicas y accesorios de moda femeninos con una riqueza de detalle de hacer la boca agua.

Pero no apenas el universo cupcake se deja contagiar por la moda. Lo contrario también es cierto; la moda se deja influenciar por este nuevo must eat,  y el foodstyle se impone. Se hace eco de la "cupcakemania" en reportajes de las principales revistas de moda, en escaparates de las tiendas de ropa o en escenas de las películas/series más en boga.

Yo ya he probado cupcakes en muchas ciudades del mundo pero seguramente unos de los mejores que alguna vez saboreé son lo que venden en Room, la tienda-sala-de-estar de la calle Flassaders. La textura del bizcocho, los detalles y la suavidad de la cobertura dan ganas de meterte de lleno en este ritual que es comer un cupcake, sin ni siquiera preocuparte por lo anti-fashion que tener la cara llena de crema pueda parecer…


jueves, 20 de mayo de 2010

sueños de plástico

Bueno, a pesar del dramatismo del post de ayer, ni todo el caucho es malo… Este año el caucho está de moda también por las mejores razones.

Porque es práctico, leve, fácil de limpiar y moderno. ¡Y porque Chanel lo dice!

Llevamos un poco más de tres décadas de imperio Melissa, al menos en Brasil. La marca surgió en 1979 y desde entonces ha ganado nombre y fans un poco por todo el país. En Portugal también se le conoce desde hace mucho. Por ejemplo, mis primeras Melissa’s datan de 2003. Sin embargo, la marca de “los sueños de plástico” quiso más y por eso se juntó con diseñadores tan conocidos como Alexandre Herchcovitch o Vivienne Westwood y con la arquitecta Zaha Hadid en la esperanza de así conseguir conquistar las demás fashionistas del viejo continente.

En España son el nuevo must have y abrieron paso a decenas de marca más económicas que intentan copiar sus creaciones (ninguna ha conseguido su olor a gulosinas, ¡eso sí!). Pero la verdad es que nos es tan fácil para gente que habita en países donde no hace verano todo el año rendirse a los encantos del veraniego caucho. Y a Melissa le queda aún mucho mercado europeo por conquistar.

Lo mismo no se puede decir de Chanel. La marca está totalmente consolidada en Europa, y en todo el demás mundo, y a lo que se invente Karl Lagerfeld todas decimos “¡Ámen!”. Pues, este verano, el diseñador alemán dice que el caucho está de moda.
El modelo en cuestión son estas sandalias negras (en la foto de arriba). Sencillas y frescas, como pide un modelo hecho de caucho y pensado para los días más calurosos de verano. Negras, como se exige a una seguidora de Chanel.

Con él Karl Lagerfeld pretende apartar de vez falsos prejuicios hacía el caucho; se considera que hace sudar más los pies, que le falta algo de clase o que da un cierto aire infantil a quien lo lleva. Y, consecuentemente, abre el paso al calzado de Melissa y afines.

En los próximos tiempos presenciaremos seguramente una invasión de marcas brasileñas de productos hechos de caucho. Melissa o Q-VIZU, la marca de los relojes coloridos que llevan ya un año haciéndose hueco allí, “colarán” y serán el hit de este y de futuros veranos. ¡Dejémonos conquistar por el caucho! ¡Y que llegue ya el verano!

miércoles, 19 de mayo de 2010

el peso de los accesorios

No porque sean pesados de verdad, ya que estoy pensando en sencillas pulseras de caucho, pero por la connotación simbólica que cargan…

Se conocen en Brasil como “las pulseras del sexo” y la idea que está por detrás de cada uno de los colores de estos adornos ya llevó a que algunas jóvenes brasileñas hayan sido violadas y hasta asesinadas. El juego consiste en romper la pulsera de la chica (o chico) y realizar lo que el color indique: amarilla, dar un abrazo; rosa, exhibir el pecho; naranja, dar una mordida cariñosa; lila, dar un beso de lengua; roja, hacer una danza erótica; verde, chupar el cuello; blanca, hacer algo que la chica elija; azul, la chica le hace sexo oral al chico; rosa claro, el chico le hace sexo oral a la chica; negra, mantener una relación sexual, y dorada, todo lo de arriba.

Aunque en este país de Sudamérica las pulseras hayan atingido una popularidad inesperada (y también peligrosa) se sabe que estas han surgido en Inglaterra. Allí les llaman shag bands y snap es el nombre dado al juego (romper, en castellano). En Internet la novedad ganó tal importancia que en las principales redes sociales de Brasil, Orkut y Facebook, se pueden encontrar a innumerables grupos de fans dedicados a este accesorio, cuyos seguidores son mayoritariamente adolescentes entre los 12 y 15 años.

Sin embargo, aunque muchos lleven los brazos llenos de estas estrechas pulseras coloridas, que se pueden comprar en cualquier parte por R$ 1 (o sea, 45 céntimos por un paquete de 20 aros de colores surtidos), ¿cuántos conocerán el código que llevan implícito?

Me recuerdo de un accesorio similar que en los años 80 se hizo hueco en mi muñeca y en las muñecas de la mayoría de las adolescentes. Chicas que iban a colegios particulares, como yo, o chicas que iban a institutos públicos… ¡Todas las hemos adoptado! Para las que vestíamos uniforme era una manera de expresarnos, de enseñar un poco de estilo, a pesar de la austeridad y rigidez impuesta por nuestras faldas de pliegues, calcetines hasta la rodilla y jerséis de pico marrones. Para las demás era un complemento más a su look, a su personalidad. Si estas pulseras de caucho negras tenían alguna connotación más allá de la de simple complemento de moda, yo lo desconocía. ¡Lo desconozco hasta hoy! Por esto no se me hace del todo raro que muchos adolescentes brasileños aleguen estar ajenos a la connotación sexual del adorno y expliquen que las adoptan por considerarlas bonitas o simplemente para seguir la moda.

Pero la moda se transformó en polémica cuando a finales del mes de abril una niña de 13 años denunció a cuatro adolescentes por haberla violado, tras romper las pulseras negras que llevaba. Puede que los casos similares que van apareciendo un poco por todo el sur de Brasil (donde hay ciudades más pequeñas y la gente es más conservadora, pudiendo llevar al pie de la letra el “significado” del adorno) no estén del todo relacionados con las pulseras, pero la verdad es que ya son demasiadas casualidades. La semana pasada la Policía del estado de Amazonas expresó sus sospechas de que dos asesinatos estarían también relacionados con las pulseras, ya que al lado de los cadáveres de las víctimas se encontraron pulseras rotas.


Ante la duda de cómo tratar al tema, si prohibir directamente o aprovechar la oportunidad para que padres e hijos hablen abiertamente de sexualidad, muchas escuelas anunciaron que cerrarán sus puertas a todos aquellos que lleven las muñecas cargadas de “pulseras del sexo” y en algunas provincias del país se empezaron a tomar medidas para terminar con su venta.

Para todos aquellos que estamos a este lado del Atlántico e inmunes al tema (por ahora), ¡lo más increíble es ver el poder que una moda y la fuerza que algunos accesorios pueden llegar a tener!


martes, 18 de mayo de 2010

lady blue

Hoy os traigo este pequeño mimo fílmico. Un corto, idealizado por John Galliano y escrito y dirigido por David Lynch, donde se cuenta una historia de amor, suspense e intriga con la ciudad de Shanghai como telón de fondo y el bolso de mano Lady Blue de Dior como protagonista.

La francesa Marion Cottilard interpreta este video cuyo principal objetivo es hacernos morir… no de miedo, sino de envidia. ¡Por no tener uno así!

El cortometraje, de 16 minutos, es parte de una trilogía (Lady Noir y Lady Rouge) y se insierta en una tendencia que el New York Times clasificó de la siguiente manera. “Las películas son el accesorio de moda del momento; una forma de crear junto de la generación YouTube emoción y excitación visual hacia las marcas”.

jueves, 13 de mayo de 2010

el sexo vende

En el escaparate de Diesel de Paseo de Gracia se puede leer la siguiente frase: “Sex sells*”. Y, un poquito más abajo, “*unfortunately we sell jeans”.

La afirmación es provocativa y grita algo que yo vengo desde hace muchos años constatando; las marcas utilizan el sexo, o la sugerencia de ello, para vender. Cuando digo marcas no me refiero a marcas de lencería o trajes de baño, sino a algunas marcas de ropa, perfumería o joyería de alta gama. Lo que más me sorprende, y de alguna manera me molesta, es que dichas marcas no se den a la molestia de contratar a publicitarios más creativos y sencillamente se rindan al recurso fácil que es utilizar la sensualidad (y el deseo y necesidad que esta genera) para vender.

La discusión está hoy en la orden del día ya que, este año, la organización de Miss USA decidió utilizar el mismo recurso para generar más interés hacia su concurso que, entrado el siglo XXI, ha caído un poco en el olvido. El hecho de que la competición de belleza por excelencia de un país tan conservador como Estados Unidos haya elegido fotografiar a sus concursantes sólo en lencería y en poses provocativas, ¡da que hablar!

En las fotos, más apropiadas para una revista masculina según creen muchos, las 51 chicas que se presentan y luchan por el título transpiran belleza y sensualidad. Sin embargo, y aunque aquí vayan de la mano, los dos conceptos no son lo mismo y ni siquiera tienen que estar relacionados.

Podemos ser sensuales sin ser bellas y ser bellas sin ser especialmente sensuales. Es más, si compro una pulsera H. Stern o unos zapatos Jimmy Choo no los compro para ser más sensual, o porque crea que me traerán más sexo, los compro porque me gustan y me quedan bien. Hay tantas características que se pueden atribuir a prendas o accesorios de moda, ¿por qué razón no hacen las agencias un brainstorming más completo, ponen las cabezas de sus equipos funcionando a todo gas y encuentran una buena (y atractiva) manera de utilizarlas? ¿El contrario de una campaña extra sensual de Diesel o Sisley tiene que ser una publicidad sosa como la de Geox?

Yo creo y confío que hay un término medio; publicidad donde se utilicen a bonitas modelos, bien maquilladas, peinadas y fotografiadas, puestas en una composición atractiva, pero donde las chicas (o chicos) estén vestidas/os. Publicidad donde se lea cómodo, barato, exclusivo, bello, entre otros atributos, y no apenas sexy o sensual.

La solución para lograrlo sería quizás hacer un boicot a los productos de las marcas que venden sexo cuando tendrían que vender objetos de lujo, pero como no es muy posible que todas prescindamos de las cosas de H. Stern, Jimmy Choo o Sisley, lo único que nos queda es esperar. Esperar por mejores campañas publicitarias… Esperar que más marcas pongan la tónica en esta tendencia y hagan su critica, más o menos interesada; como Diesel.

La estrategia adoptada por la marca italiana no es del todo inocente. Es cierto que Diesel llama la atención para la exagerada importancia del sexo en la sociedad actual, sin embargo no deja de llenar los escaparates de sus tiendas con imágenes de chicos de torso desnudo sudando como animales y de chicas despeinadas prácticamente en top less. Los publicitarios de la marca habrán pensado: "Si es esto que la gente quiere, ¡es esto que les daremos!" Y dejado que, a partir de ahí, otros se encarguen de desarrollar el debate sociológico. Mientras tanto, Diesel va atrayendo miradas y vendiendo... ¡Sexo y jeans!


martes, 11 de mayo de 2010

el diseño del límite

Cristóbal Balenciaga es homenajeado en su país vasco natal. A través de una exposición que abrió sus puertas ayer en el Museo de Bellas de Bilbao, y que estará hasta el día 26 de septiembre, se recoge la vida y obra de aquel que es considerado el más grande modisto español.

La muestra no pretende, sin embargo, hacer un análisis exhaustivo del genio de Balenciaga. Para eso ya estará el centro monográfico en Getaria que, después de años en construcción e innumeras historias de corrupción y juicios en su bagaje, se espera que abra las puertas este año. La manera como está organizada esta exposición es algo más experimental, menos seria. Lo anecdótico de la situación es que la forma como aquí se recogen las cinco décadas de trabajo del diseñador y como se exponen sus creaciones, en el lobby, en los pasillos del museo, en otros rincones improbables, contrasta en todo con la seriedad del carácter de Balenciaga.

La extravagancia la dejo para sus obras, que rompieron moldes para la época. Porque como persona Balenciaga era callado y discreto. Siempre trabajaba callado y casi nunca probaba los vestidos en sus futuras propietarias, aunque fuera de los modistos de su generación el único que podía hacerlo todo en el proceso de creación de un atuendo. Como llegó a decir una vez Coco Chanel, “Balenciaga es el único de nosotros [entiéndase ella y Christian Dior] que puede ser realmente llamado de ‘couturier’”.

En Bilbao se exponen 35 del extenso conjunto de creaciones del costurero, agrupadas por los siguientes temas: noche brillante, ave de noche, el cuerpo alojado, el milagro Balenciaga, siluetas nocturnas, mujeres flor y la novia. Las prendas fueron aportadas por distintas personas y organismos. Once proceden de la colección del Gobierno vasco, diecinueve de la Fundación Cristóbal Balenciaga, cuatro de un coleccionador privado vasco y una otra de un coleccionador madrileño.

Todas están inseridas en una instalación moderna, como el vestido de novia que está rodeado por una flor de cables rojos en cuyas puntas hay bombillas encendidas iluminando la prenda. Otras están encapsuladas en redomas de acrílico o rodeadas por aros de luz. Y todas están también expuestas sin maniquí.

Según explicaron a los medios de comunicación los arquitectos Toño Foraster y Victoria Garriga, del despacho de arquitectura barcelonés AV62, que montaron esta exposición y que llevan desde el 2008 trabajando en el interiorismo del centro de Getaria, la intención por detrás de esta forma complicada de exponer la ropa es conseguir pasar la idea de que las creaciones de Balenciaga viven más allá de la persona que las vista. Es como si su obra tuviera vida propia, como si se mantuviera de pie por si sola.

Esta inexistencia de maniquí también hace un guiño a la forma de trabajar del modisto. Marlene Dietrich era una de sus clientes y sobre él llego a afirmar que Balenciaga jamás hubiera probado una prenda en su cuerpo. Sin embargo, el modisto conocía las medidas de la actriz alemana perfectamente y nunca una prenda ha tenido que ser devuelta para ser ajustada.
Estas bien como otras curiosidades, como la fascinación tan oriental del vasco por el cuello y la nuca femeninos, dos de los puntos más eróticos según los japoneses y zonas que Balenciaga intentaba siempre favorecer o emular con sus prendas, se podrán descubrir o redescubrir hasta el final de septiembre en Bilbao, en una muestra que espera recibir entre 75 y 100 mil visitantes. ¡Yo seré una seguro!


lunes, 10 de mayo de 2010

experiencia vintage

Siguiendo con el tema del antiguo, viejo o usado hoy toca hablar de ropa en segunda mano. Hay que ver que mi interés por este tipo de ropa y tiendas es muy reciente. Yo vengo de un país donde el concepto de re-utilizar las prendas, zapatos o bolsos es aún una novedad. De hecho en el Portugal de los 80 en que yo crecí la tendencia predominante era toda la contraria. Allí a cada esquina abrían tiendas de marcas masificadas, con ropa linda, nueva y tan barata (o cara, según el punto de vista) como la de las tiendas vintage.

Además como yo soy la mayor de una familia casi sin primos y mi hermano es varón, nunca recibí ropa en segunda mano de nadie.

Mis primeras prendas vintage las compré en un mercadillo de A Outra Face da Lua, la tienda lisboeta de ropa en segunda mano por excelencia. Me enteré de esta venta por casualidad y estuve a punto de salir de la tienda con las manos vacías, teniendo en cuenta la cantidad de gente que estaba dentro y la dificultad que representaba comprar algo en estas condiciones. Sin embargo, me traje unas cuantas cosas que conservo hasta hoy y que hacen sensación junto de mis amigas cada vez que me las pongo.

Cuando llegué a Barcelona me di cuenta de que la cultura “segunda mano” estaba mucho más avanzada aquí. En la ciudad se pueden encontrar decenas de tiendas del género, como Le Swing, Smart&Clean, Lailo, De Faralaee, Slang, Hulala!, Erretê, Intercambio, Retro City o Exudus. Por eso, y porque me di cuenta de que cuando estamos comprando en tiendas masificadas de ropa nueva también terminamos probándonos prendas que decenas de mujeres ya se han probado antes de nosotras, que quizás han incluso llevado a una cena o evento durante horas con la etiqueta puesta y que luego han devuelto, poco a poco, empecé a ceder y a adentrarme en este mundo de ropa que carga muchas historias a sus espaldas.

Sin embargo, creo que hay que tener algunos cuidados a la hora de comprar ropa vintage. ¡Más que con la ropa nueva! Tenemos que vigilar por la calidad de la prenda, asegurarnos de que no esté manchada o rota, y en el caso de que lo esté hay que pesarlo y ver si es posible lavarla hasta que salga la mancha o sacar de la caja de la costura y arreglarla. Si la respuesta a estas dos preguntas es no, no merece la pena. Tenemos también que pensar si nos gusta la prenda apenas en teoría o si en realidad la pondremos, porque no es plan comprar algo que pensamos que salió del armario de una cualquiera fashionista de los 60 si luego la prenda resulta demasiado extravagante para nuestras necesidades y estilo diarios. Si no estamos realmente convencidas, mejor dejamos la prenda en su sitio. También es muy importante vigilar con el precio.

Me recuerdo de una situación hace unos años en Els Encants, cuando con una amiga vimos unas gafas de sol Guy Laroche con las patillas ya flojas, sin posibilidad ninguna de ser apretadas por más manitas que una fuera, y por las cuales nos pedían casi 200 euros. Es verdad que en su época estas gafas habrán sido estupendas, pero no merecían que pagáramos lo que su antigua propietaria nos pedía.

En teoría algo que ya está usado debía ser más barato que algo que es nuevo, ¡y no lo contrario! Sin embargo, desde hace unos años el concepto vintage se puso de moda, se empezó a aplicar a diestro y a sinistro, y los propietarios de ropa antigua han sacado sus trapitos y accesorios a vender con este rotulo. Han también cargado mucho en el precio y los compradores han perdido la noción de cómo hacer compras inteligentes y empezado a pagar sin miramientos lo que se les pedía. Esto, está claro, abrió un precedente y hoy nos encontramos con un panorama donde se pide más de lo que es justo por prendas de segunda mano.

Catálogo de la tienda vintage neyorquina Ressurrection

Es importante que a la hora de comprar prendas usadas no nos dejemos engañar o encantar e hinquemos pie. Una buena estrategia anti-timos pasa por fijarse en la etiqueta. Este pequeño pedazo de tela con una firma es todo un mundo de símbolos y códigos que es importante saber descifrar. Si la marca es conocida y buena quizás el precio que nos piden no sea tan injusto, porque también hay que tener en cuenta que estamos pagando el trabajo del propietario en descubrir la prenda, limpiarla y prepararla para que nosotras luego podamos encontrar este pequeño tesoro colgado esperando por nosotras. Si no encontramos la etiqueta en ninguna parte no hay que sentirse decepcionada; ¡al contrario!
Muchas de las etiquetas que en los años 40 anunciaban Chanel o Balenciaga fueron removidas por los traficantes para que al pasar por las aduanas les cobraran menos. O sea que si encontramos vestigios de una etiqueta esto ya es de por si una buena señal. También lo es si pone el nombre de una modista que no sea tan conocida, siempre que acompañado por un nombre de ciudad o calle, porque puede significar que la prenda fue hecha por algún pequeño atelier de la época. Que la etiqueta haya sido tejida y no impresa y que esté cosida a toda la vuelta y no apenas en las cuatro esquinas también quiere decir que estamos ante una prenda de calidad superior.

Otra solución sería buscar también en tiendas de antigüedades, que no se hacen pasar por vintage y donde podemos encontrar alguna ropa o accesorios antiguos a precios generalmente más asequibles.

Otros cuidados que hay que tener pasan por no dejar las prendas que vemos en nuestras visitas a tiendas de segunda mano colgadas mucho tiempo. Si nos gusta algo lo mejor es cogerlo y pasearlo por la tienda, o pedir que lo lleven hasta el probador o hasta la caja. Las prendas de segunda mano no se quedan mucho tiempo en las perchas. Esta volatilidad también se ve a la hora de elegir ropa para el frío o para el calor. Los cambios de estación en las tiendas vintage no están alineados por los cambios en las tiendas normales, de hecho casi ni existen. Los propietarios de este tipo de tiendas llevan todo el año buscando ropa que sea atemporal, que resista a los años y que no se relacione con una estación en específico. O sea que, si entramos en una tienda de segunda mano con una idea fija y poca apertura a las sorpresas es muy probable que no encontremos nada y salgamos sin bolsas colgando de los brazos.

Otra práctica que puede ayudarnos a la hora de escoger ropa de segunda mano es hacerse amiga del propietario o de la propietaria. Son gente con muchos conocimientos de moda, con historias muy interesantes, que muchas veces saben incluso que “cuenta” la prenda específica que nos llevamos, y que nos pueden facilitar la compra. Pueden también llamarnos cuando reciban algo nuevo que saben que estamos buscando u ofrecerse para abrirnos las puertas de sus almacenes de las traseras y traernos alguna prenda que todavía esté guardada pero que crean que nos quedará fenomenal.

En resumen, lo ideal para hacer de nuestra experiencia un éxito es buscar prendas complexas, con buenas telas y acabados perfectos, que no pasen de época, que sean más baratas que cualquier prenda de Zara o Mango que no tiene la mitad de encanto y que valgan mucho menos de lo que valían en la época que fueran confeccionadas. Ah, y quitarse las telarañas de la cabeza y pasárselo bien, porque comprar vintage es como viajar en el tiempo y vivir otras vidas.



jueves, 6 de mayo de 2010

¡la basura de unos es el tesoro de otros!*

* Traducción libre de la expresión inglesa “one man’s trash is another man’s treasure”.
El interés por el lifestyle de las celebridades nos llevó, hace un par de anos, a rebuscar en sus trasteros. En muchas revistas y periódicos surgieron reseñas que analizaban los desperdicios de actores, cantantes, modelos, etc. En la época aparecieron también decenas de páginas web como Hollywood Star Trash, que defendían que “si no es basura de las estrellas, es sencillamente basura”, a través de las cuales todo el mundo podía saber qué tiraban los famosos e incluso comprar algunas de estas cosas.

¡La basura se puso de moda!, literalmente. Y desde entonces el sector no paró de hacer eco de esta “fascinación”. Colecciones como las de Worn Again, From Somewhere o Again NYC son apenas algunos ejemplos de cómo servirse de material usado para crear algo totalmente nuevo y, por veces también, ecológico.

De la izquierda hacia la derecha: abrigo de Worn Again hecho de la tela de los globos de Virgin; vestido de From Somewhere hecho de tejidos estropeados o restos de ropa de segunda mando; clutch y bandolera de Again NYC hechos de desperdicios.

Aunque a mi me guste reciclar ropa, esta costumbre no va más allá de comprar unas docenas de botones viejos en Els Encants y coserlos en una prenda o de comprar zapatos en tiendas de segunda mano… Por más vueltas que le de no puedo entender la tendencia actual de decantarse por el viejo, el antiguo, el utilizado, el que incluso ya fue tirado.

Lo he vivido en mi propia casa y sigo sin entenderlo. En mi primer piso de Barcelona a una de mis compañeras no le podíamos dejar salir a las calles del barrio los martes por la tarde (el día de los trastos en Gracia). La verdad es que todo lo que encontraba y luego llevaba para casa, por veces con mucho esfuerzo, arrastrando sillas o pequeños muebles por manzanas enteras, quedaba perfecto en nuestro piso. Sin embargo yo nunca terminaba de convencerme, de verlo claro. De hecho, no puedo hacerlo todavía. ¡Pero creo que seré la única!

Y esta Primavera/Verano el mundo de la moda lo demuestra. Los costureros van más allá y crean prendas claramente inspiradas en las bolsas de basura. Dos ejemplos muy claros son el bolso “Re” de Louis Vuitton, que reproduce una bolsa de basura pero con un punto chic, y la falda Fendi trash bag. Este modelo de faldas (también dicho de pantalones o bermudas que tengan la cintura muy subida, atada con una cinta, creando así pequeños pliegues superiores) es una de las grandes tendencias de esta temporada y Fendi ha diseñado el modelo más deseable de todos.


Nota: ¡Atención al estilismo! Este tipo de prendas no admite estilismos trashy. Es esencial llevarlas con accesorios clásicos, para no terminar con un look ordinario cuando la intención sería lograr un look desenfadado y moderno.


martes, 4 de mayo de 2010

naranja, el nuevo rojo

Esto me dijo el otro día un policía que me paró porque pasé con el semáforo naranja casi rojo. Al final no me multó ni nada pero la frase la dejó ahí, pairando en el aire: “el naranja es el nuevo rojo”.

Yo me quedé pensando en sus palabras, en como lo que dijo puede ser cierto para el tránsito, ya que desde el último cambio del código es tan prohibido pasar con el semáforo naranja que pasar con el rojo, y en como se aplica también a la moda.

Este año el color naranja, ultrafemenino y transbordando seguridad, toma el sitio del rojo en el guardarropa de las fashionistas. Antes sabíamos que si tuviéramos una cita importante, ponernos un vestido rojo ya era mitad del camino hacia el éxito. Sabíamos que las prendas rojas eran un statement por si solas.

Y en el caso de las morenas, como yo, eran un arma más que nos daba alguna ventaja ante las rubias, para quienes el rojo es un color prohibido. Sin embargo, el rojo ha ido perdiendo protagonismo y en la Primavera/Verano de 2010 es totalmente sustituido por el naranja. Carolina Herrera o Blumarine, entre otras marcas, dejaron que este tono contagiara a sus defiles.

Un color veraniego por excelencia, que no deja a nadie indiferente. El naranja transmite auto-afirmación igualmente y, al contrario del rojo, queda bien tanto a rubias como a morenas.

Porque aparentemente en la moda "el naranja (también) es el nuevo rojo", os dejo una selección de prendas naranja para que os inspiréis y toméis coraje para llenar vuestro armario de color.



De arriba hacia bajo, y de la izquierda hacia la derecha, las tendencias de la estación en naranja:
- maxibolso de cuero teñido Louis Vuitton
- vestido a rayas Marc by Marc Jacobs
- pantalón cargo y jaqueta de cuero Blumarine
- top de encaje Loewe
- vestido largo Max Mara
- minifalda tubo subida Fendi
- vestido con escote asimétrico Balenciaga


domingo, 2 de mayo de 2010

por casa...

En el último post hablé de diseño inmobiliario, pero ¿de qué sirve tener una casa de diseño si no la podemos llenar de cosas fabulosas?

Como Giorgio Armani también otros costureros famosos tienen líneas de hogar, para que podamos (re)vestir nuestras camas o nuestras mesas con mucho estilo.

Por ejemplo, el italiano cuenta con un extenso catálogo de lámparas y muebles que van desde las camas, a los aparadores, pasando por los sofás, sillas y sillones. En todas sus obras el diseñador imprime su marca, y no lo digo apenas en un sentido figurado, sino que me refiero a que él imprime literalmente su logo en sus cojines, lámparas, tapetes, biombos o, incluso, en un par de mesas de canto que hizo en forma de G y de A. Yo personalmente me quedo con sus creaciones más sencillas. Como este sillón de esquina que es más minimalista pero a la vez muy original.

Otro modisto que crea piezas de decoración que gritan su nombre es Paul Smith. Sus ya bien conocidos conejitos se reproducen por una infinidad de objetos del cuotidiano. Y el inglés también diseña piezas de mobiliario, aunque en menor cantidad que Armani. El sillón huevo con rayas de colores es un ejemplo. De hecho, estas rayas son otra de las marcas del diseñador, que las imprime también en tazas, cojines, servicios de té o café, entre otros pequeños “bombones” domésticos. A parte de estos objetos, él tiene también un infinidad de piezas de decoración o uso personal. Algunas muy sorprendentes, como su colección de fotografías o de cepillos de dientes, y otras más normales. Bueno, ¡normales por decirlo de alguna manera! A mí me encanta este estuche en forma de cámara fotográfica que podemos utilizar para... A ver, ahora mismo no le encuentro ninguna utilidad, pero no por eso me gustaría dejar de tenerlo. En el peor de los casos, siempre sirve para guardar cosas.

Otra marca que abusa del color es Missoni. En la línea de hogar bien como en sus colecciones de ropa, la marca italiana apuesta en los tejidos exquisitos y en los estampados multi cromáticos. Sus propuestas tocan campos variados que van desde los pequeños objetos de decoración, como las velas o jarras en forma de ovillo de lana, hasta los muebles, principalmente aquellos que puedan ser tapizados, como sofás o cojines. Un fan de las creaciones de Missoni Home es Pedro Almodóvar que encargó algunas piezas para la decoración de una de las casas de su última película, “Abrazos Rotos”. Este reposa pies es una de las imágenes de marca de Missoni, que lleva años fabricando variedades de este tipo de puff con varias utilidades, y es mi pieza favorita de la actual colección. Por aquí también podemos ver claramente como, a pesar de la riqueza de colores, las piezas de esta submarca de la dinastía Missoni tienen mucha clase.

Lo mismo no puede ser dicho de las propuestas de Versace. La verdad es que esta otra marca italiana tiene un catálogo tan variado que podemos encontrar un poco de todo, pero su línea Heritage tiene tendencia para ser más bien kitsch y de gusto dudoso. En cambio, sus muebles Design son modernos y sobrios. Sin embargo, ¡nada que no pueda hacer otra marca de decoración! El punto intermedio y la máxima afirmación de originalidad, los aportan todos aquellos objetos o muebles que sean estampados. Porque las telas que Versace utiliza son ricas y coloridas, ideales para pequeños detalles decorativos que contrasten con una casa más sobria y sencilla. A pesar de eso, y de ser fan de los objetos de decoración kitsch, yo me decanto por esta silla. Quizás me haya llamado la atención exactamente por contrastar con el portfolio de posibilidades barrocas de la marca.

Otra marca que sorprende por la cantidad de floreados y el uso exagerado de los detalles es Ralph Lauren. De hecho sorprende incluso más. Porque en el caso de Versace, mirando sus creaciones de moda, podemos anticipar como serán sus piezas de decoración. Pero de la pena del diseñador norteamericano salen siempre prendas de ropa tan clásicas y casual que ver que en lo que respecta a la decoración Ralph Lauren se desmadra es una sorpresa, y ¡no de las agradables! Sin embargo me gustan mucho todos los objetos o muebles con inspiraciones de viajes. Como las mesas o asientos con cintas de cuero y hebillas que recuerdan a los antiguos baúles que se embarcaban para los grandes viajes. Las piezas que entran directamente en mi wishlist son estos taburetes, que sirven de mesa de apoyo, hechos de madera. Son austeros, naturales y muy conjugables. Otro de mis fetiches es el papel de pared de la marca. Pero bueno, no podía ser de otra manera, porque como ya todos saben papel de pared es una de mis debilidades.

A parte de las piezas que estas marcas de moda han creado para el sector de la decoración, también es una buena idea y puede resultar interesante “vestir” nuestro hogar con prendas de ropa de verdad. Hace una docena de años mi madre, por ejemplo, ha mandado enmarcar un pañuelo de seda de Trussardi donde se reproduce una obra de Caravaggio. Un cuadro único y un detalle decorativo de lujo que podemos conseguir con una infinidad de prendas, sólo hace falta arriesgar y dejar que nuestro hogar se contagie por la moda.