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martes, 2 de noviembre de 2010

sin comentarios

Es lo único que se me ocurre deciros. De verdad, estamos delante de una de esas situaciones donde el cliché “Una imagen vale más que mil palabras” se aplica a la perfección. En este caso, algunas imágenes.

Hoy H&M desveló las creaciones que Alber Elbaz dibujó para ellos. ¡Y lo hizo por todo lo alto! Habían creado un nivel de expectación tan grande en las blogueras, periodistas de moda y fashion adictas en general que por la mañana parecíamos todas niñas pequeñas delante de los regalos de navidad listos para ser abiertos. Y la verdad es que lo único que puedo decir es “sin comentarios”, porque si abriera mi boca seguro que sonaría como una groupie.

¡Me encanta todo! Desde el vestido amarillo chillón de la foto de arriba, pasando por los volúmenes en los hombros, al vestido de volantes rosa. Me encanta que, menos al estilo Lanvin y más al estilo H&M, Alber Elbaz haya creado prendas que son verdaderas explosiones de color. Me encantan las etiquetas, las cajas de los zapatos, las fundas para los vestidos de seda y trajes, las bolsas… Y me encantan los precios.

Los vestidos más caros valen 199 euros. Eso sí, la colección saldrá a la venta al público el día 23 de noviembre y, a semejanza de lo que pasó con su colaboración con Jimmy Choo, si quieres hacerte con algo tendrás que pasar la noche en vela. Porque se abrirán las tiendas (en dos días se sabrán definitivamente cuales) a las ocho de la mañana y se entrará por orden.

Como es un martes sugiero que las que, como yo, tenéis que trabajar vayáis cogiendo ya vuestras agendas y empezando a sacar de amigas, porque sino os quedaréis sin vuestro Lanvin.



viernes, 8 de octubre de 2010

el sueño de Carrie Bradshaw

Son cuatro mil pares de zapatos juntos en el mismo local (y más 55 mil en stock). O, lo que es lo mismo, 35 mil metros cuadrados consagrados a marcas tan variadas como Jimmy Choo o Havaianas.

El espacio fue concebido por el arquitecto Jamie Fobert y está dividido en 11 diferentes áreas, por tema. En una de ellas, por ejemplo, los zapatos son expuestos como se trataron de obras de arte, en campándolas de cristal. En otra son como puntos de luz en el medio de las estanterías negras y de un ambiente fuchsia aterciopelado. El área reservada a los zapatos Chanel, para daros más un ejemplo, está inspirada en el apartamento de la modista en la Rue Cambon en París y el de Christian Louboutin es tal cual su cara, con una alfombra roja y arañas. Todo esto en un espacio que equivalente al hall de entrada del museo Tate Modern.

A pesar del lujo de la decoración la buena noticia es que en esta que ya es la galería de zapatos más grande del mundo cualquiera puede comprar. Chanclas Havaianas, botas Ugg, bailarinas River Island, botines Topshop (es la primera vez que la marca vende accesorios fuera de sus propias tiendas) pueden encontrarse aquí lado a lado con los clásicos y con algunos modelos diseñados exclusivamente para esta tienda.

Y, después de que ya estéis totalmente seducidas por esta idea, es cuando finalmente os desvelo donde podéis encontrar este El Dorado de los zapatos. En los almacenes Selfridges de Oxford Street, en Londres, que como ya dije aquí algunas veces es quizás mi Department Store favorito de todos los que conozco.

El espacio ha sido inaugurado hace dos semanas más o menos y está ahí para quedarse, así que ya sabéis, en una próxima visita que hagáis a Londres no podéis dejar de visitarlo.



jueves, 13 de mayo de 2010

el sexo vende

En el escaparate de Diesel de Paseo de Gracia se puede leer la siguiente frase: “Sex sells*”. Y, un poquito más abajo, “*unfortunately we sell jeans”.

La afirmación es provocativa y grita algo que yo vengo desde hace muchos años constatando; las marcas utilizan el sexo, o la sugerencia de ello, para vender. Cuando digo marcas no me refiero a marcas de lencería o trajes de baño, sino a algunas marcas de ropa, perfumería o joyería de alta gama. Lo que más me sorprende, y de alguna manera me molesta, es que dichas marcas no se den a la molestia de contratar a publicitarios más creativos y sencillamente se rindan al recurso fácil que es utilizar la sensualidad (y el deseo y necesidad que esta genera) para vender.

La discusión está hoy en la orden del día ya que, este año, la organización de Miss USA decidió utilizar el mismo recurso para generar más interés hacia su concurso que, entrado el siglo XXI, ha caído un poco en el olvido. El hecho de que la competición de belleza por excelencia de un país tan conservador como Estados Unidos haya elegido fotografiar a sus concursantes sólo en lencería y en poses provocativas, ¡da que hablar!

En las fotos, más apropiadas para una revista masculina según creen muchos, las 51 chicas que se presentan y luchan por el título transpiran belleza y sensualidad. Sin embargo, y aunque aquí vayan de la mano, los dos conceptos no son lo mismo y ni siquiera tienen que estar relacionados.

Podemos ser sensuales sin ser bellas y ser bellas sin ser especialmente sensuales. Es más, si compro una pulsera H. Stern o unos zapatos Jimmy Choo no los compro para ser más sensual, o porque crea que me traerán más sexo, los compro porque me gustan y me quedan bien. Hay tantas características que se pueden atribuir a prendas o accesorios de moda, ¿por qué razón no hacen las agencias un brainstorming más completo, ponen las cabezas de sus equipos funcionando a todo gas y encuentran una buena (y atractiva) manera de utilizarlas? ¿El contrario de una campaña extra sensual de Diesel o Sisley tiene que ser una publicidad sosa como la de Geox?

Yo creo y confío que hay un término medio; publicidad donde se utilicen a bonitas modelos, bien maquilladas, peinadas y fotografiadas, puestas en una composición atractiva, pero donde las chicas (o chicos) estén vestidas/os. Publicidad donde se lea cómodo, barato, exclusivo, bello, entre otros atributos, y no apenas sexy o sensual.

La solución para lograrlo sería quizás hacer un boicot a los productos de las marcas que venden sexo cuando tendrían que vender objetos de lujo, pero como no es muy posible que todas prescindamos de las cosas de H. Stern, Jimmy Choo o Sisley, lo único que nos queda es esperar. Esperar por mejores campañas publicitarias… Esperar que más marcas pongan la tónica en esta tendencia y hagan su critica, más o menos interesada; como Diesel.

La estrategia adoptada por la marca italiana no es del todo inocente. Es cierto que Diesel llama la atención para la exagerada importancia del sexo en la sociedad actual, sin embargo no deja de llenar los escaparates de sus tiendas con imágenes de chicos de torso desnudo sudando como animales y de chicas despeinadas prácticamente en top less. Los publicitarios de la marca habrán pensado: "Si es esto que la gente quiere, ¡es esto que les daremos!" Y dejado que, a partir de ahí, otros se encarguen de desarrollar el debate sociológico. Mientras tanto, Diesel va atrayendo miradas y vendiendo... ¡Sexo y jeans!