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lunes, 5 de julio de 2010

impresiones de Roma

Recién llegada de Roma, la última ciudad de mi viaje de más de tres semanas por Europa, intentaré que mis próximos posts reflejen algunas de las cosas interesantes que vi por ahí.

En Italia por ejemplo, y especialmente en Roma, me quedé impresionada con la cascomanía. Allí los cascos de las motos son verdaderos accesorios de moda, pensados más para dar estilo que protección.

Verdad sea dicha que los italianos saben conjugar como nadie el clásico y el sport, por eso no es difícil de entender que los cascos, a pesar de su carácter deportivo, se llenen de detalles y colores modernos y sean utilizados como un complemento de moda más, como un prolongamiento de la personalidad y estilo de uno tal cual como si de un bolso o de un sombrero se trataron.

Aunque, hace un par de años ya, Roma haya sido destronada por Barcelona de su puesto como ciudad europea con más motos (y eso se ve bien), la gran diferencia entre ambas es que allí hay decenas de marcas de moda especializadas en cascos de moto y cada año las nuevas tendencias saltan de las pasarelas para las calles. Así se explica por que durante mis tres días en Roma no raras veces he podido ver a una cabeza colorida pasando a toda velocidad por entre los coches, a un casco tan moderno e interesante que automáticamente me hacia girar en dirección al motard que terminaba de pasar, esquivándose de los atascos.

Aquí quedan las propuestas de dos de las marcas italianas más conocidas, y vendidas. Cascos para ir en moto y para llevar con mucho orgullo colgados del brazo. Y, por qué no, para llenar con la compra.


Esta utilidad, que yo por ejemplo atribuyo muy a menudo a mi casco, es el exponente máximo de deconstrucción del casco como elemento protector para la circulación viaria y una forma por excelencia de utilizarlo como accesorio cuotidiano. No es algo que haga intencionalmente, apenas cuando necesito urgentemente de un par de cosas del supermercado pero no me compensa ir primero a casa, coger el carrito de la compra, salir, etc. Por eso voy directamente a comprar y como nunca me gusta coger bolsas de plástico, pongo las cosas dentro de mi casco, del casco al maletero de la moto, de ahí al casco otra vez y después a casa.

Esta utilidad dada al casco no es, sin embargo, exclusividad mía y a probarlo está la gran mayoría de las chicas, y chicos, romanos...


martes, 25 de mayo de 2010

de viaje

Las lavadoras se suceden. Ropa oscura, ropa blanca, ropa de color. Después de tendida y secada la ropa es doblada y empieza a ser empilada en cima de una mesa que nadie utiliza. El monte va creciendo hasta que llegue el momento de poner toda la ropa dentro de la mochila…

En una semana y media parto rumbo a Europa. Serán 24 días de viaje, de largas caminadas, de cenas en exquisitos restaurantes a los cuales no tendré la posibilidad de volver a menudo, de muchas horas pasadas en trenes, de 20 horas de viaje en barco de regreso a casa, de sol y de lluvia por un continente que en junio no nos ofrece el mismo tiempo en cada uno de sus rincones. Muchas características y condiciones que hay que barajar a la hora de elegir los outfits a llevar. Y al final ¡todo tiene que caber en una mochila de 70 litros!

Seguro que todas estáis solidarias y que podéis imaginar mis dilemas, las infinitas listas de cosas a no olvidar que ya hice y que ya fui perdiendo por ahí, las inseguridades a la hora de decantarme por unas hawaianas rojas o platas, sabiendo que si echo a faltar las que no llevo no puedo volver a casa y rescatarlas.

Aquí os dejo mi lista de básicos (que tendrá inclusiones y cambios de última hora, ¡fijo!), para las que estéis pasando por lo mismo o para las que ya habéis pasado y queráis dar sugerencias:

- Unos leggings vaqueros
Porque son cómodos, los podemos llevar de día o de noche y tienen infinitas posibilidades de combinación


- Unos leggings de punto
Para dormir en las noches más frías de las ciudades más frías o para poner con una túnica y un pañuelo y llevar durante el día

- Unos pantalones pitillo de punto de chándal
Para poner con un cinturón bonito y salir a cenar con amigos o para conjugar con bambas y llevarlos a pasear

- Unos cuantos vestidos leves para las noches
Porque por veces también apetece quedar de copas con viejos os nuevos conocidos e ir un poquito arregladas

- Un par de faldas
Porque son femeninas, más cómodas cuando tenemos que pasar horas sentadas en un tren y muy frescas para pasear en las ciudades donde haga calor

- Dos o tres bermudas
Porque son curtas lo suficiente para que no nos muramos de calor, pero largas al punto de evitar que nuestras piernas rocen mientras caminamos

- Jerséis de punto
Porque son el complemento ideal para las mañanas más frescas y quedan bien vayamos casual o arregladas

- Un pañuelo de punto que se transforma en jerséi, en capucha, en bolero o en vestido
Por su versatilidad

- Un montón de camisetas de lycra
Porque van bien con todo, se doblan muy dobladitas no ocupando casi ningún espacio en la mochila y porque pueden ser lavadas en cualquier pica y secan muy rápido

- Un blusón vaquero y un cortavientos
Porque para las menos frioleras es suficiente abrigo y los podemos poner a la cintura mientras caminamos

- Una bandolera para pasear durante el día
Porque, al contrario de las riñoneras, no canta “soy turista”

- Un mini bolsito de mano para las noches
Porque, como no estamos “en casa” y no tenemos que llevar llaves de casa, de la moto, móvil, documentos de la moto y afines a todas partes, es más que suficiente para tener todo lo esencial siempre a mano

- Unas gafas de sol baratas
Porque seguro que las vamos a perder, a sentarnos en cima de ellas en el tren o a chafarlas por guardarlas en nuestras bandoleras cuando el sol desaparece y nosotras seguimos pateando el centro de las ciudades

- Unas sandalias de cuña para la noche
Porque estilizan sin dejar de ser cómodas, más aún porque la mayoría de las ciudades europeas tienen aceras donde es muy fácil caminar con tacones

- Unas zapatillas para pasear
Porque las hay muy fashion y serán siempre el calzado más apropiado de todos para caminar

- Unas hawaianas
Para utilizar en el hostal y ducharnos sin tener que poner los pies en el suelo del baño

- Unas bailarinas negras
Porque son cómodas y bonitas tanto de día como de noche

- Una crema de cara y otra de cuerpo con FPS alto
Para que el sol no estropee la piel mientras paseamos ni cuando estamos tendidas en las tumbonas del barco, al lado de la piscina, en medio del mediterráneo

Y ahora, ¡a hacer el check-in!