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jueves, 20 de mayo de 2010

sueños de plástico

Bueno, a pesar del dramatismo del post de ayer, ni todo el caucho es malo… Este año el caucho está de moda también por las mejores razones.

Porque es práctico, leve, fácil de limpiar y moderno. ¡Y porque Chanel lo dice!

Llevamos un poco más de tres décadas de imperio Melissa, al menos en Brasil. La marca surgió en 1979 y desde entonces ha ganado nombre y fans un poco por todo el país. En Portugal también se le conoce desde hace mucho. Por ejemplo, mis primeras Melissa’s datan de 2003. Sin embargo, la marca de “los sueños de plástico” quiso más y por eso se juntó con diseñadores tan conocidos como Alexandre Herchcovitch o Vivienne Westwood y con la arquitecta Zaha Hadid en la esperanza de así conseguir conquistar las demás fashionistas del viejo continente.

En España son el nuevo must have y abrieron paso a decenas de marca más económicas que intentan copiar sus creaciones (ninguna ha conseguido su olor a gulosinas, ¡eso sí!). Pero la verdad es que nos es tan fácil para gente que habita en países donde no hace verano todo el año rendirse a los encantos del veraniego caucho. Y a Melissa le queda aún mucho mercado europeo por conquistar.

Lo mismo no se puede decir de Chanel. La marca está totalmente consolidada en Europa, y en todo el demás mundo, y a lo que se invente Karl Lagerfeld todas decimos “¡Ámen!”. Pues, este verano, el diseñador alemán dice que el caucho está de moda.
El modelo en cuestión son estas sandalias negras (en la foto de arriba). Sencillas y frescas, como pide un modelo hecho de caucho y pensado para los días más calurosos de verano. Negras, como se exige a una seguidora de Chanel.

Con él Karl Lagerfeld pretende apartar de vez falsos prejuicios hacía el caucho; se considera que hace sudar más los pies, que le falta algo de clase o que da un cierto aire infantil a quien lo lleva. Y, consecuentemente, abre el paso al calzado de Melissa y afines.

En los próximos tiempos presenciaremos seguramente una invasión de marcas brasileñas de productos hechos de caucho. Melissa o Q-VIZU, la marca de los relojes coloridos que llevan ya un año haciéndose hueco allí, “colarán” y serán el hit de este y de futuros veranos. ¡Dejémonos conquistar por el caucho! ¡Y que llegue ya el verano!

miércoles, 19 de mayo de 2010

el peso de los accesorios

No porque sean pesados de verdad, ya que estoy pensando en sencillas pulseras de caucho, pero por la connotación simbólica que cargan…

Se conocen en Brasil como “las pulseras del sexo” y la idea que está por detrás de cada uno de los colores de estos adornos ya llevó a que algunas jóvenes brasileñas hayan sido violadas y hasta asesinadas. El juego consiste en romper la pulsera de la chica (o chico) y realizar lo que el color indique: amarilla, dar un abrazo; rosa, exhibir el pecho; naranja, dar una mordida cariñosa; lila, dar un beso de lengua; roja, hacer una danza erótica; verde, chupar el cuello; blanca, hacer algo que la chica elija; azul, la chica le hace sexo oral al chico; rosa claro, el chico le hace sexo oral a la chica; negra, mantener una relación sexual, y dorada, todo lo de arriba.

Aunque en este país de Sudamérica las pulseras hayan atingido una popularidad inesperada (y también peligrosa) se sabe que estas han surgido en Inglaterra. Allí les llaman shag bands y snap es el nombre dado al juego (romper, en castellano). En Internet la novedad ganó tal importancia que en las principales redes sociales de Brasil, Orkut y Facebook, se pueden encontrar a innumerables grupos de fans dedicados a este accesorio, cuyos seguidores son mayoritariamente adolescentes entre los 12 y 15 años.

Sin embargo, aunque muchos lleven los brazos llenos de estas estrechas pulseras coloridas, que se pueden comprar en cualquier parte por R$ 1 (o sea, 45 céntimos por un paquete de 20 aros de colores surtidos), ¿cuántos conocerán el código que llevan implícito?

Me recuerdo de un accesorio similar que en los años 80 se hizo hueco en mi muñeca y en las muñecas de la mayoría de las adolescentes. Chicas que iban a colegios particulares, como yo, o chicas que iban a institutos públicos… ¡Todas las hemos adoptado! Para las que vestíamos uniforme era una manera de expresarnos, de enseñar un poco de estilo, a pesar de la austeridad y rigidez impuesta por nuestras faldas de pliegues, calcetines hasta la rodilla y jerséis de pico marrones. Para las demás era un complemento más a su look, a su personalidad. Si estas pulseras de caucho negras tenían alguna connotación más allá de la de simple complemento de moda, yo lo desconocía. ¡Lo desconozco hasta hoy! Por esto no se me hace del todo raro que muchos adolescentes brasileños aleguen estar ajenos a la connotación sexual del adorno y expliquen que las adoptan por considerarlas bonitas o simplemente para seguir la moda.

Pero la moda se transformó en polémica cuando a finales del mes de abril una niña de 13 años denunció a cuatro adolescentes por haberla violado, tras romper las pulseras negras que llevaba. Puede que los casos similares que van apareciendo un poco por todo el sur de Brasil (donde hay ciudades más pequeñas y la gente es más conservadora, pudiendo llevar al pie de la letra el “significado” del adorno) no estén del todo relacionados con las pulseras, pero la verdad es que ya son demasiadas casualidades. La semana pasada la Policía del estado de Amazonas expresó sus sospechas de que dos asesinatos estarían también relacionados con las pulseras, ya que al lado de los cadáveres de las víctimas se encontraron pulseras rotas.


Ante la duda de cómo tratar al tema, si prohibir directamente o aprovechar la oportunidad para que padres e hijos hablen abiertamente de sexualidad, muchas escuelas anunciaron que cerrarán sus puertas a todos aquellos que lleven las muñecas cargadas de “pulseras del sexo” y en algunas provincias del país se empezaron a tomar medidas para terminar con su venta.

Para todos aquellos que estamos a este lado del Atlántico e inmunes al tema (por ahora), ¡lo más increíble es ver el poder que una moda y la fuerza que algunos accesorios pueden llegar a tener!