Mostrando entradas con la etiqueta tricot. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tricot. Mostrar todas las entradas

miércoles, 4 de agosto de 2010

la tercera edad

En enero de 2006, a las nueve de la mañana del día cuatro de enero entregué mi proyecto final. Un reportaje sobre el "avance" de la tercera edad. En el reportaje explicaba como en las sociedades modernas hay cada vez más gente mayor, como gracias a mejores cuidados de salud estos viven más y como es importante mantenerles ocupados o produciendo para que, a medio plazo, nuestros países donde no hay suficientes nacimientos puedan seguir siendo sostenibles.

Lo que no sabía es que exactamente cuatro años y ocho meses después estaría escribiendo sobre el mismo tema, pero esta vez en el contexto de la moda.

La tercera edad, de la cual muchos tienen miedo o intentan huir, es ahora tendencia. El granny chic look va a coger inspiración a nuestras abuelas, a su estilo, a la decoración de sus hogares y se adapta a los tiempos modernos y, principalmente, a otras edades.

Jóvenes con menos de 30 años se tiñen de gris y se visten de tricot. Mientras veo esta tendencia crecer y tomar forma no puedo dejar de pensar en mí misma y en mi grupo de amigas cuando a los 14 años empezamos a salir por la noche y a tener prisa de vivir lo que sabíamos que nos estaba reservado sólo para después de los 18. Todas, cada una a su ritmo, nos hemos adelantado a nuestro tiempo y hemos asumido estilos y costumbres de chicas mayores.

Sin embargo, aplicado a la moda este "avanzar" en el tiempo no me choca. Al contrario, ¡me encanta todo en esta tendencia! Me encanta que se lleve el vintage a su extremo máximo. Me encanta que se asuman las canas (que, en muchos casos, ni existen todavía) con tanta desfachatez, que se adorne la cabeza con pañuelos cogidos por debajo de la barbilla, que se ponga calzado que más parece salido de una tienda ortopédica, que se lleve las camisas y blusas cerradas hasta arriba y que vuelvan los cómodos jerséis de lana gruesa. Me encanta, sobre todo, que para ello se mire con interés a las abuelas y se aprenda con ellas.

Pero, ¿será esta tendencia un tributo a ellas, a las grandes señoras de nuestras familias, o un síntoma del complejo de Peter Pan de la sociedad actual? Es interesante pensar que el granny chic look puede no ser apenas un bastión de la austeridad, pudor y comodidad que personifican nuestras abuelas; de hecho, porque en muchos casos lo vemos inteligentemente combinado con prendas modernas. En mi opinión se debe más a que las jóvenes de hoy teme
n hacerse viejas, temen descubrir como les sentarán las canas, las arrugas, la ropa y el calzado cómodo que tendrán que llevar por fuerza. Por eso se adelantan, para descubrir ya como se verán de mayores y poder ir preparándose.

Y tú, ¿te arriesgas a hacerte mayor? Por qué no, si esta temporada incluso Chanel y Dior nos enseñan que es posible llevar la edad con la misma elegancia y estilo que una tiene de joven...



miércoles, 14 de abril de 2010

manualidades

¿Quién no hizo collares de pasta pintada cuando en el colegio? ¿Por qué no revivir nuestra infancia? El otro día tuve esta idea y pensé que por más non sense que pueda parecer ahora, no deja de ser una afirmación de personalidad salir a la calle con un collar de niña pequeña. Seguro que pronto pronto la moda pegaría…

La última vez que fui a Kookaï entré en el probador y allí estaba él, el collar medio étnico medio infantil, compuesto por pequeños tubitos de metal pintados de colores. Alguien se lo había olvidado allí, o las dependientas lo habían dejado a posta para que las clientas se lo probaron (un poco como los chicles al lado de la caja del supermercado). Y la verdad es que conmigo, siempre tan permeable a este tipo de técnicas, surtió efecto. Me lo probé y me quede encantada. ¿Cómo que un accesorio tan simples, tan fácil de hacer, puede llamar tanto la atención?

Así surgió la idea de empezar a hacer collares de pasta. Pero no los típicos collares con las pastitas todas enfiladas en el hilo una después de la otra. No; sino algo que tenga un aire étnico, a semejanza del collar de Kookaï. Que en el medio de las pastitas coloridas enfiladas tiene, a la altura del escote, tubitos de pasta de diferentes tamaños depuestos horizontalmente.

Otra cosa que este año podemos recuperar de nuestra infancia son las labores. ¿Será que podemos acordarnos de lo que nos enseñaron nuestras abuelas en lo que se refiere a crochet, tricot, punto de cruz, medio punto, etc.? Yo, por las dudas, este año en navidades cuando estuve “en casa” hice un intensivo. Y, ni de casualidad, Chanel dicta que para este Verano llenemos nuestros armarios de prendas y accesorios en crochet. Es muy fácil. Y con apenas dos agujas, una lana, algo de imaginación y un poco de talento podemos hacer una infinidad de cosas. 

La ventaja más grande es que nos sale todo mucho más barato. Y que nadie tendrá nada igual.