Exactamente por ser tan elitista, la moda es muchas veces utilizada como una plataforma para hacer llegar determinado mensaje a los más poderosos. La necesidad de proteger la naturaleza, los animales o la gente son tópicos que diversas veces han utilizado a la moda y a las modelos para tocar conciencias.
Esta vez las voces de la moda se alzan en defensa de las mujeres que sufren mutilación genital. Este año estrena en España Flor del Desierto, una película inspirada en la autobiografía que Waris Dirie publicó en 1998. Warie (en la foto) fue una de las modelos más requisitadas durante los años 90 y supo aprovechar su visibilidad para contar una historia que tiene tanto de horrible como de real, su historia y la historia de otras 100/140 mujeres.
Antes de llegar a Europa y de ser llamada para las principales pasarelas internacionales Waris pasó hambre y sed durante días mientras vagueaba por el desierto de Somalia, para donde huyó cuando supo que su padre le había vendido a un hombre mucho mayor. Esta práctica, común en países de África, Asia y Medio Oriente, está muchas veces directamente relacionada con la Mutilación Genital Femenina (MGF), de la cual la modelo también fue victima cuando pequeña.
La MGF o circuncisión femenina, como comúnmente puede ser llamada, “incluye todas las prácticas que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos u otras lesiones a los órganos genitales femeninos”, según explica un informe de las Naciones Unidas. Los métodos son variados, bien como las razones. Al día de hoy se calcula que algo como dos millones de niñas sigan siendo victimas anualmente de este tipo de rito. Lo más común es que les extirpen los labios vaginales exteriores (el 80% de los casos), pero pueden llegarles a perforar el clítoris. O sea, cualquier órgano del sistema sexual femenino con terminaciones nerviosas puede ser mutilado. Esto porque uno de los principales objetivos de esta práctica es privar a las mujeres del placer sexual intentando así garantizar que estas llegan vírgenes al matrimonio, generalmente contraído con un hombre mucho mayor, y que se mantienen fieles. Pero hay más razones, algunas se prenden con el placer sexual masculino, otras con mitos que defienden que así serán más fértiles o que sus futuros hijos sobrevivirán por más años y otras aún con conceptos estéticos y de higiene.
Aunque en algunos países las mujeres sean las primeras a entregarse para el sacrificio o que ellas mismas se mutilen, como pasaba durante el imperialismo ingles, la mayoría de las veces no tienen escoja. Son llevadas cuando aún niñas o adolescentes y, mientras seis personas les sujetan las piernas y los brazos, son mutiladas sin anestesia, con espinas u otros instrumentos cortantes rudimentales, y al final son cosidas de mala manera.
Las consecuencias para la salud física son múltiplas, y tienen todo que ver con el grado de fanatismo del rito que ha sufrido cada una. Pueden ir desde infecciones que resultan en muerte, a cicatrices varias o a la contracción del virus de la sida, porque se utiliza el mismo instrumento en más que una mujer.
Pero las consecuencias para la salud psíquica son igualmente dramáticas. A largo plazo, las mujeres pueden experimentar sentimientos de vacío, ansiedad, depresión, rechazo a que les toquen, insatisfacción sexual y pueden incluso no llegar nunca a reproducirse.
El tema es del conocimiento de las organizaciones mundiales, cuanto más no sea porque modelos como Iman, Waris Dirie o la aspirante Fatima de la 10ª entrega del concurso norteamericano America’s Next Top Model llevan años gritando esta realidad para quién quiera escucharla. No apenas a través del mundo de la moda y de su labor encuanto modelos, pero también con la ayuda de la música (en el caso de Iman que está casada con David Bowie) o de sus organizaciones.
Su labor, bien como la labor de las ONGs u organismos oficiales, parece no ser suficiente ya que de los 28 países donde la MGF es una práctica común, 14 siguen practicándola de forma legal. Y se puede detectar también un numero sorprendente de caso en países europeos, EEUU, Canadá o Australia.
O sea que, este tipo de prácticas no está tan distante de nosotros como podamos pensar. En España por ejemplo, más específicamente en Cataluña, al parecer se han registrado 900 casos de mujeres cuyo clítoris ha sido extirpado.
Lo que los varios sectores de la sociedad hagan para ayudar a controlar estas prácticas es problema de cada uno. La moda ¡lo tiene claro! Flor del Desierto no es solo más una película protagonizada por una modelo (Liya Kebede), que interpreta la historia de vida otra modelo, es un paso más hacia la solución de este problema, hacia la erradicación de esta práctica. Es la manera que la moda encontró de intentar ayudar.
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