
Para María Luísa Pries, su propietaria, que a menudo podemos encontrar allí recibiendo y aconsejando las compradoras más perdidas, fue el comienzo de una aventura. La madrileña se vino a Lisboa buscando un proyecto alternativo a sus anteriores trabajos (en Condé Nast, Dior o Louis Vuitton) y lo encontró cuando encontró este local. Aquí pudo concretizar su sueño de abrir una tienda de moda.
Para los habitantes de la ciudad es también un comienzo, ya que esta es la tienda que faltaba en la ciudad. Una tienda detallista de ropa y complementos que recuerda mucho a las boutiques del Marais. O a Romeo y Julieta, una de mis tiendas favoritas de Barcelona, que cerró este año para dar lugar a una tienda de gominolas.
Paseando por mi ciudad veo que hay una infinidad de espacios nuevos, bien sean tiendas o restaurantes. En el Chiado, Barrio Alto o Príncipe Real vemos mucha novedad y creatividad. Sin embargo, nada que se parezca a Cool de Sac, ¡con su aire de chica romántica avergonzada que esconde la cara para que no se le vea sonrojar! Los demás locales son más modernos, más urbanos, más vacíos. Sin embargo, unos y otros despiertan en mí un orgullo muy nacional de ver que mi ciudad se empieza a parecer con las grandes urbes europeas y empieza a importar un poco de la coolness de París, Barcelona o Berlín.
Para las seguidoras portuguesas o para las seguidoras extranjeras que estén pensando en una escapada a Lisboa, aquí está una buena sugerencia. Encima porque en Cool de Sac venden marcas que nos encantan a todas como Pink Soda, Paul&Joe Sister, Ba&sh, Repetto, Odd Molly o Tocca. Y también otras menos conocidas, como la marca de joyas étnicas de Mila González, pero que son auténticos placeres para la vista.