jueves, 23 de septiembre de 2010

la modelo seria

Aunque haya sido descubierta en 2005, por un caza talentos que pasaba en taxi, y haya debutado ese mismo año en Pasarelas tan importantes como París, Nueva York, Milán o Londres, Freja Beha jamás llamó mi atención hasta ahora.

Lo que pasa es que, como dice la sabiduría popular, conmigo es ocho u ochenta y ahora no puedo dejar de mirarla. Es mi modelo preferida. Y supongo que no sólo mía, porque últimamente Freja está por todas partes. En publicidad de Calvin Klein, Roberto Cavalli, Karl Lagerfeld, Tom Ford o Gucci. En los desfiles de Dsquared2, Chanel, Burberry, Balmain, YSL

¿Qué ha pasado que, de un momento al otro, Freja se hizo visible para la mayoría de nosotros, ofuscando a las demás brillantes modelos? Mi teoría reside en su pelo. Cuando apareció por primera vez en 2005, Freja era sólo una chica de 18 años, pálida, escuálida y con una melena poco interesante que le llegaba a mitad de la espalda. En fin, otra modelo típica. Lo único que la diferenciaba de las demás eran sus 16 tatuajes. 

A pesar de lo que supone para una modelo tener el cuerpo tan tatuado, esto no era un problema para su agente. Siempre y cuando Freja no se cortara el pelo. Y ella no lo hizo. Hasta ahora. Y fue entonces que todo cambió. Su media melena, oscurecida y escalada tiene mucho más que ver con ella, con su personalidad, con sus pómulos angulosos, con sus tattoos y con su estatuto de mujer fetiche. ¡En la próxima vida quiero venir al mundo igualita a Freja! Me encanta y por eso le dedico el post de hoy, porque serse bello y carismático a la vez es un gran hecho.



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