Quiere decir, literalmente, foto de belleza. En moda significa que de la modelo sólo se fotografiará su rostro, en un close up que deja todo a descubierto. Por eso una beauty shot exige mucho más de ella, es un desafío a su expresividad y capacidad de vender una prenda o accesorio apenas con su rostro, sin recurrir a la ayuda preciosa de su cuerpo. Para los fotógrafos es la prueba última de creatividad y la posibilidad de imprimir a su trabajo una imagen de marca.
Hoy fui a la exposición de Manuel Outomuro que Disseny Hub organiza hasta el día 23 de mayo en su sed de la calle Montcada. Una muestra muy bien montada, una delicia para todos aquellos que se interesan por moda (y por ropas fabulosas que marcaron las dos últimas décadas) y una llamada de atención para la importancia de quien está por detrás del objetivo.
En moda, tiene tanta responsabilidad por el producto final y por el hecho de que se vendan más o menos prendas de determinada marca el que está detrás como el que está delante de la cámara. Por eso tiene sentido hacer un recurrido y prestar homenaje a algunos de los nombres más grandes de la fotografía de moda nacional e internacional. Empezando por Manuel Outomuro, quién inspiró este post.
Manuel Outomuro
Nacido en Ourense, Galicia, ha pasado grande parte de su vida en Barcelona. Una ciudad que no apenas sirvió de escenario para sus trabajos como también, por varias veces, hizo de su musa. Sino veamos su libro “Barcelona, otra visión”. Una publicación compuesta por 120 tomas que están lejos de la imagen comercial y de postal de la ciudad. Sin embargo, esta es su visión personal y la forma de homenajear a la ciudad que le recibió. Su estudio está aquí, en un palacio del siglo XVIII, en la calle Portaferrissa. Pero sus fotos han sido sacadas un poco por todo el mundo. Trabaja como fotógrafo de moda (quizás el más conocido en España), retratista de famosos, designer de campañas publicitarias y fue responsable por todo el material promocional de la película de Amenábar con Nicole Kidman, “Los Otros”.
Mario Testino
Es el nombre más fácilmente reconocible siempre que se habla de fotografía de moda. Amigo de las celebridades y responsable por conocidas campañas de marcas tan diferentes como Burberry, Gucci, Versace, Calvin Klein, Dolce & Gabbana, Salvatore Ferragamo, Estée Lauder, Hugo Boss, Miu Miu, Shiseido o Michael Kors, este peruano de Lima tiene también varios libros, premios y exposiciones (también integra su fotografía en las obras de arte de artistas que admira) en su curriculum. Desde 1976, hasta hoy, sigue firmando portadas de las más prestigiosas revistas de moda un poco por todo el mundo. Y su cercanía a modelos y diseñadores famosos le ha permitido sacar algunas de las fotos más intimas y verdaderas que hemos visto de muchos de estos “pequeños dioses”.
Richard Avedon
Nacido en 1923, este americano de Nueva York empezó a fotografiar con apenas 19 años. Utilizaba una cámara Rolleiflex que su padre le dio como presente de despedida para retratar a los marines. Así le cogió el gusto. Dos años después empezó a hacer trabajos de publicidad para una compañía de grandes almacenes y ahí fue cuando Alexey Brodovitch, director de arte de Harper's Bazaar, lo descubrió. Su trayectoria no dejó nunca de estar conectada con esta revista, a pesar de haber dejado su marca en producciones de muchas otras, como Vogue o Life. Avedon nunca se contentó en sacar fotografías de moda estáticas y desde el inicio empezó a pedir a las modelos que rieron, enseñaron emoción, hicieron algo. Sus fotos son conocidas por estar llenas de acción.
Helmut Newton
Nacido como Helmut Neustädter en la Alemania nazi, este judeo tuvo muy temprano que huir para Singapur y luego para Australia, donde adquirió una nueva nacionalidad e identidad. Helmut Newton empezó a fotografiar a los doce años pero esta pasión fue siempre interrumpida por las contrariedades de la escena política de los países donde estuvo. Hasta 1946, cuando montó finalmente en Sydney su estudio conjunto con Henry Talbot, otro judeo alemán. Las fotografías de moda del posguerra le rindieron su primer reportaje, para un suplemento de Vogue Australia. A partir de entonces, vivió en otros tantos países y trabajó para conocidísimas revistas, entre ellas Playboy. Su interés por el retrato y los desnudos son lo que mejor le caracterizan.
Herb Ritts
Hablando en desnudos, este fue otro de los fotógrafos cuya imagen de marca está intimamente relacionada con este tipo de fotografías. Adoraba las tomas en blanco y negro inspiradas en las esculturas griegas, donde podía explotar las formas del cuerpo humano femenino y masculino. Sus comienzos en la fotografía han estado marcados por su amistad con Richard Gere, entonces apenas un aspirante a actor, que le incentivaba todo el tiempo. A pesar de haber firmado trabajos para revistas como Vogue, Elle o Vanity Fair, no sólo la fotografía de moda le atraía. También colaboró con algunos conocidos cantores, dirigiendo sus videoclips, o fotografiando retratos suyos.
Irving Penn
Comenzó por dibujar y por fotografiar objetos inanimados. Decía que “fotografiar a un pastel podía ser arte” y la simplicidad y riqueza de detalles tan características de este tipo de trabajos las llevó también para su carrera como fotógrafo de moda. Le gustaban las tomas austeras, en un fundo oscuro o totalmente claro. Pero podía fácilmente transformarlas en arte. Este talento fue muy temprano reconocido por los responsables por la revista Vogue, bien como por muchas estrellas de la época que se dejaron ver a través del objetivo de su cámara.
Peter Leidbergh
Otro fotógrafo de renombre mundial que también empezó por la pintura y el dibujo fue este polaco. Sus primeras experiencias con una cámara fueron para trabajos de publicidad, pero pronto se estableció como un referente en el mundo de la moda. Este reconocimiento coincide con su mudanza para París, en 1978. Estaba entonces más cerca de las redacciones de las principales revistas y de las más conocidas modelos de la época. Esta relación cercana con los demás profesionales de la área fue algo que siguió cuidando durante las épocas siguiente, siendo hoy considerado uno de los principales responsables por el mito de las súper modelos de los años 90.
Annie Leibovitz
La única mujer de esta lista, se ha bien merecido este lugar. Annie es música de formación pero fotógrafa de corazón. Y una de las pocas que ha conseguido fotografiar a la Reina Isabel II de Inglaterra, bien como al nuevo presidente de EEUU de cerca. En 1970, después de unos meses viviendo y trabajando en Israel, donde desarrolló el gusto por la fotografía, esta americana volvió a su país y empezó a trabajar en la recién lanzada revista Rolling Stone. Mantuvo su puesto durante los 10 años siguientes, pero de mientras no pudo evitar ser influenciada por el trabajo de otros fotógrafos, entre ellos Richard Avedon. Y así nació su interés por la moda. Durante su pasaje por Rolling Stone perfeccionó la técnica del retrato y se hizo eximia trabajando con luz y colores fuertes, casi como si hubieron sido trabajadas en photoshop. A juntar a esto, contribuyendo para su imagen de marca como fotógrafa, están las posturas intensas que pide a sus modelos. Cada toma suya es como un cuento de hadas, rico en detalles y fantasía.
Patrick Demarchelier
Su interés por la fotografía lo debe a su padrastro, que por su 17 aniversario le regaló una Eastman Kodak. Solo aprendió como utilizarla, revelar el rollo y retocar los negativos. Y empezó a ganar algún dinero con la fotografía; sus primeros trabajos fueron inmortalizando bodas. Cuando 15 años más tarde dejó su Francia natal para irse a EEUU, detrás de su novia, no podía saber qué le esperaba… En Nueva York empezó por trabajar como freelance, sin embargo hoy es uno de los principales fotógrafos de Harper’s Bazaar. También trabajó con la Vogue estadounidense, inglesa y francesa, y de hecho es trabajando para un editorial ficticio sobre bodas de Vogue que aparece fotografiando a Carrie vestida de novia en la película "Sexo en Nueva York".
Steven Meisel
Otro importante fotógrafo de la actualidad, de pequeño este americano nacido en 1954 no jugaba con juguetes. Prefería pintar a mujeres, utilizando las revistas de moda como fuente de inspiración. Su fascinación por este mundo le llevó hasta Parsons, donde empezó varias carreras distintas hasta descubrir la ilustración. Su verdadera vocación, la fotografía, sólo la encontró más tarde y por pura casualidad. Cuando trabajaba como ilustrador en la revista Women's Wear Daily tuvo que ir hasta Elite Model Management donde le pidieron si sacaba algunas fotos de las modelos. Su talento recién descubierto llamó a la atención de los responsables de la revista Seventeen, que le invitaron a trabajar con ellos. De ahí pasó a otras revistas, como la Vogue italiana, cuyas portadas desde hace dos décadas han sido siempre firmadas por él. También las portadas de muchos álbumes de Mariah Carey y de Madonna lo han sido. Y con esta última, que a parte de su contratante es también su amiga, fotografió las campañas de Louis Vuitton del año pasado.
Muito bem! Gostei muito deste post!Fiquei a conhecer mais alguns fotógrafos de moda e os seus principais trabalhos. Assim de repente, se me perguntassem o nome de algum fotógrafo de moda, diria: Mario Testino, Annie Leibovitz e Peter Leidbergh...ah e depois de ontem: Manuel Outomuro ;)
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