Este año, el boyfriend look tiene competencia y son ellos quienes hocican en nuestros armarios y cajas de bisutería y se quedan con unas cuantas cosas.
La moda empezó con Marc Jacobs, que no tiene cualquier pudor en vestirse falda. Siguió con la osadía de hombres como Johnny Depp, Rupert Friend (en la foto) o Ed Westwick, en la gran pantalla como en la realidad. Y, a partir de entonces, un universo que creían que estaba vedado a los chicos se abrió ante ellos. Existen muchas teorías sobre la atracción que inspiran las mujeres en los hombres; más allá de la atracción física, sienten hacia nosotras una especie de curiosidad. Cómo funcionamos fisiológica y mentalmente es todo un misterio para ellos y siempre que tienen oportunidad de entrar de lleno en este universo, que les fascina, amedrenta y repulsa a la vez, no se hacen de rogar. En carnaval es común verlos disfrazados de mujeres, todos contentos por poder por algunas horas probar que es ser fémina. Más allá de lo que pueda decir cualquier teoría freudiana sobre esto, creo que este interés hacia nuestro universo se debe sólo a la “envidia” que sienten por la libertad que tenemos nosotras.
Hablo de libertad en términos de moda. La diversidad de patrones, estampados, colores que tenemos nosotras es mucho mayor que la que tienen ellos. Esto nos das muchas más posibilidades de conjugar y de jugar con la ropa y con nuestros cuerpos. ¿A quién no le gustaría tener, digamos, cinco prendas básicas en su armario y con ellas poder crear 25 looks distintos?
Pues este año estarán contentos. ¡Este año también pueden todo! Los que no se dejen acomplejar con miedos y recelos de parecer homosexuales se lo pasarán bomba. Pelo largo, ojos maquillados, pantalones piquillo, camisetas cruzadas en la espalda, pañuelos, mini bermudas, leggings, diademas, bisutería, estampados de flores, camisas rosas, jerseys lilas, sandalias planas de meter el dedo, bolsos de tela reciclable… nada les está vedado. Veamos cuantos son los que aprovecharán la oportunidad.
Lo único que me da un poco de pena, y quizás donde reside la más grande diferencia entre las originarias de Venus e los originarios de Marte, es la tendencia que ellos tienen para huir corriendo de situaciones que les parezcan típicas del sexo opuesto. Es en este sentido que hace unos líneas hablaba de la repulsa que (también) les inspira el universo femenino. Para la mayoría ponerse un pañuelo o un anillo es un atentado a su masculinidad. Cuando eso no es del todo cierto. A nosotras pasarnos el año de 2009 poniéndonos sus ropas no nos supuso ningún problema ni nos llevó a cuestionarnos nada de nada. Simplemente lo hemos puesto, salido a la calle así, y punto. ¿Serán ellos capaces de aceptar el girlfriend look como nosotras hemos aceptado el boyfriend look? Todos aquellos que se mostren seguros de si mismos, se traguen orgullos tontos y se pongan prendas o accesorios tradicionalmente de chicas como si nada, estarán aún más guapos y divertidos ante nuestros ojos.
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