Lejos van los tiempos en que todos los grandes desfiles acababan con el vestido de novia majestuoso e inmaculado. Hoy casi todos son más bien extravagantes merengues de creatividad y técnicas arrojadas, sin duda la llave de oro que cierra el espectáculo, pero ninguno muy usable. Ahora, si una quiere buscarse vestidos de novia tiene que mirarse, una por una, todas las páginas web de las marcas especializadas hasta encontrar algo que sea adecuado a las bodas “reales”.
Tranquilidad, que esta intensa búsqueda no es para mí… Apenas cumplo una promesa. Para una de mis grandes amigas y fan de mi blog, aquí quedan mis sugerencias.
En las colecciones de Alta Costura de Dior o Chanel es imposible encontrar algo, los volantes y los volúmenes son la nota fuerte del año y un show stopper, en el malo sentido, para mi amiga. Las mujeres con curvas en el día más importante de su vida, bien como en los demás, no deben osar ponerse este tipo de vestidos. Lo mejor es optar por uno con un corte más recto. Rosa Clará tiene dos modelos que me encantan. Robin y Ros son dos vestidos blancos nucleares, porque en algunas cosas la tradición aún es lo que era, que caen directos desde la cintura hasta los pies.
Uno tiene un escotazo, para las que estarán casadas pero no muertas, todo bordado con cuentas y una capa ligera que cubre toda la parte de bajo de la prenda. Un vestido que pide un velo más bien simple, sin nada de encaje, para no desviar la atención del bonito trabajo manual del busto.
El otro es un modelo de inspiración oriental, que recuerda un poco a las geishas japonesas, siempre tan llenas de amor para dar. Es un vestido sin ningún detalle súper elaborado, cuyo encanto reside en su corte especial. Al contrario del otro, este pide un velo extravagante, que contraste con el vestido.
A parte de las propuestas de la marcas tradicionalmente de novias podemos siempre echar un vistazo a las creaciones de diseñadores “generalistas”. Estuve buscando en las marcas que le encantan a mi amiga y que siempre se pone, como Carolina Herrera (ver enlace) o Prada (ver enlace), y ningún atuendo podría pasar por vestido de novia. Este año en las propuestas de ambas diseñadoras abunda el color. O sea que nada.
Sin embargo en la colección de Alta Costura de Elie Saab y en Armani Privé encontré vestidos que pueden muy bien ser adaptados a una ocasión como esta. Yo lo tengo claro, si un día me caso mi vestido será diseñado por mi y confeccionado por mi modista de toda la vida, la misma que hizo mis vestidos de pequeña, los de mi madre, los de mi abuela. Con o sin inspirarme en vestidos de costureros famosos, diseñaré algo que sea mi cara y que se adapte a mi cuerpo. Pero puedo entender que no todo el mundo quiera perder su tiempo y paciencia, cuando hay muchos otros detalles que organizar, costumizando su vestido de novia. Por eso en las colecciones de ambos diseñadores intenté encontrar las propuestas más claras de todas, que necesitarían los mínimos cambios posibles.
En ambas colecciones imperan los vestidos fluidos, con telas ligeras que facilitan la libertad de movimientos. O sea, lo ideal. Pero las transparencias y los diseños con miles de cristales bordados a mano también son tendencia según ambos. Y juntar todo esto en un vestido de novia puede parecer un poco over the top. ¡Pero no es una misión imposible!
De Elie Saab me llamó especialmente la atención este modelo pastel de corte sirena con unas pequeñas y ligeras mangas que tapan los hombros y parte de los brazos. El escote redondo también puede ser muy favorecedor. Además, el tipo de caída del vestido resulta muy cómodo para llevarlo todo el día y poder moverse fácilmente, algo esencial cuando se tiene que arrodillar, posar, bailar y caminar abajo y arriba para cumplimentar todos los invitados, lo normal cuando uno se casa. Este es un atuendo que pide un velo del mismo tono y unas flores que sean la gota de color en el medio de tanto pastel.
De Armani Privé elegí un vestido de rueda, con escote palabra de honor y todo de capas. Una obra de arte que dispensa velo pero que exige un bonito tocado, tiara o cualquier otro accesorio de pelo que ocupe por ejemplo todo un lado de la cabeza. Las flores: sugiero algo en cascada, como en vestido.
Sea cual sea su elección, lo importante es que en este día esté, como dice la música de la primera película de Sexo en Nueva York, "all dressed in love" (ver enlace). Que mi amiga, en el día de su boda, esté visiblemente cubierta de felicidad y amor es el mejor atuendo que ella puede llevar.
Gracias por la dedicación al escribir esto artículo:)¡Está genial como siempre!
ResponderEliminarMe encanta Rosa Clará! y lo que dices de adaptar un vestido que no haya sido creado especialmente para novias me parece muy buena idea. Ahora que cada vez hay más bodas civiles y "alternativas" es buena idea pensar en algo que no sea el típico trajemerengue. He estado en muchísimas bodas (por trabajo más que nada) y he visto todo tipo de vestidos, pero recuerdo uno en concreto que habia adaptado una novia a partir de un vestido de dos piezas de Mango, quedó un vestido muy original, adecuado para su tipo de boda (que se celebraba en un parque con pinos) y desde luego, no se arruinó.
ResponderEliminarCatarina: de nada ;) espero que aunque no te compres uno de estos vestido, te sirvan los consejos, y vayas "all dressed in love".
ResponderEliminarSonia: es cierto, me imagino que pueda quedar muy bonito y económico un vestido de Mango o Sita Murt, y es interesante como has traído un tema que no me había acordado al escribir el post; las bodas civiles. Los vestidos súper elaborados no tienen cabida en las bodas civiles, realmente. Pero más importante que el color del vestido, los detalles, etc. es que sea cómodo. El día de nuestra boda, imagino, ya es un día de mucho stress de por si, imagina si en cima una se siente todo el día incómoda, sin poder moverse o siquiera respirar en su vestido... ¡no es plan!