Quién también se hizo notar por el punto de creatividad aportado a una alfombra roja tan seria y “bien comportada” fue Carey Mulligan. Con su vestido lleno de mini tenedores, cucharas y tijeras colgando sobre un fondo de azul oscuro, evocando de esta manera graciosa a una noche de cielo estrellado, la joven actriz de Una Educación sorprendió por el sentido de humor.
Igualmente bellísima estaba Amanda Seyfried, en un vestido palabra de honor color perla de tule y pequeños brillantes incrustados. Un vestido muy parecido con el Armani Privé que tan sólo hace unos días yo dije que me gustaría ver en este evento. El vestido de la modelo y actriz es un ejemplo de una tendencia muy fuerte en esta ceremonia: los escotes palabra de honor. También Penélope Cruz, Charlize Theron y Kristen Stewart arriesgaron con vestidos del mismo estilo.
Otras grandes apuestas de esta noche fueron los escotes con sólo un tirante o un hombro. Tina Fey optó por un vestido negro así. Sigourney Weaver y Queen Latifah también. Todos con detalle en la cintura. Y también los vestidos medio transparentes o color carne, con aplicaciones de cristales y brillantes que dispensaban cualquier accesorio, como el de Sandra Bullock, Cameron Diaz o Miley Cyrus.
Esta joven actriz que el año pasado se llevó el premio a la peor vestida, sino la peor una de las peores, hoy trajo a los Oscars un vestido que es todo un acierto. Un vestido en color amarillo pálido, con brillantes bordados y un corpiño que evoca a la tan actual tendencia lencera, que este año invadió las pasarelas de Dolce & Gabbana o Loewe pero que todavía no se había visto en vestidos de Alta Costura.
En el sector masculino sólo Tom Ford se merece la puntuación máxima. Nadie le supera. Ni Colin Firth que esta noche opta por un Oscar y que en la película que le rindió la nominación, a Single Man (Un Hombre Soltero), apareció siempre lleno de estilazo.
A encabezar el grupo de las actrices que menos me gustaron está, para grande pena mía, Sarah Jessica Parker. Llevaba un vestido Chanel amarillo, con un escote palabra de honor que terminaba en un horrible pico. Alredor del cuello una tira de tela que era el prolongamiento de un detalle de la trasera del vestido parecía estar constantemente a punto de sufocarla. En fin, un vestido nada consensual que seguramente será aclamado por todas las revistas, aunque a muchos críticos no les guste tanto, sólo porque lo llevaba la eterna reina del estilo Carrie.
Dos mujeres que me sorprendieron por la excesiva sencillez de sus vestidos fueron Kate Winslet y, otra posible condecorada de esta noche, la realizadora Kathryn Bigelow. Ambas eligieron vestidos demasiado simples que no han estado a la altura de una ceremonia como los Oscars.
Otras dos que no pasaron desapercibidas, esta vez por la inecuación de sus atuendos, fueron Jennifer Lopez y Demi Moore. La primera llevaba a un tufo de tela que le salía justo de la zona más llamativa de su cuerpo, sus caderas, haciendo con que parecieron aún más anchas. Y la segunda siempre tan adepta de los vestidos simples iba vestida como si fuera una de sus hijas, con un vestido demasiado complicado y con un color que murria por completo en su tono de piel.
Finalmente, también creo que casi todas las estrellas se merecen puntos negativos por la elección de los accesorios y zapatos, que en muchos casos no favorecían a sus vestidos.
Para mim um dos vestidos mais bonito da noite foi assinado por Donna Karen e ficou perfeito no corpo da Penépole Cruz escolhida para a entrega do 1º Oscar. Teresa
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