viernes, 12 de marzo de 2010

reciclar

Es un gustazo salir de tiendas y volver a casa con decenas de bolsas colgando de los brazos. Pero, infelizmente, nuestra adicción al shopping significa más polución. Aunque las marcas defiendan su ecología y etiqueten de "reciclables" a sus bolsas, la verdad es muy distinta.

En realidad, reciclable apenas significa que las bolsas de plástico convencionales pueden ser transformadas en otra cosa. Generalmente en granza de polietileno, un granulado plástico que sirve para fabricar otros productos. Sin embargo, si las taráramos a la naturaleza tardarían algo como unos cien años descomponiéndose. 

Aparte de “reciclable” existen otras etiquetas, como “biodegradable” (que se refiere a plásticos que son fabricados a partir de recursos naturales renovables, como el almidón de patata, o de algunos poliésteres sintéticos y quiere decir que las bolsas hechas de este material pueden descomponerse en nutrientes o biomasa si sujetas a las condiciones normales de la naturaleza), o “degradable” (que se refiere a plásticos a los que se añadió aditivos que aceleran el proceso de desintegración física y se llegan a fragmentar en partículas minúsculas pero que, aunque no se vean, no son asimiladas por las plantas) y “compostable” (que se refiere a los plásticos que sirven para hacer compost o abono orgánico y significa que este material se desintegra en un determinado plazo en temperaturas entre los 55 y los 60 grados, las mismas condiciones que una planta de compostaje, pero que tarda más tiempo si compostable en el jardín de casa o si lo tiramos a la naturaleza, donde puede tardar 20 años descomponiéndose). 

La confusión de términos es general y común a todas las áreas del comercio, no sólo al comercio de moda, y supone un gran problema (e invisible) a la hora de tratar los residuos que generamos con nuestras compritas. Como todos estos tipos de bolsas tienen métodos de descomposición distintos haría falta separarlas a la hora de tirarlas, sin embargo todas se ven iguales. Y los plásticos alternativos, a pesar de las buenas intenciones, terminan dificultando aún más el proceso. 

El Ministerio de Medio Ambiente sabe que no es fácil decidir donde tirar todos nuestros tipos de bolsas y ya está buscando soluciones. Como mientras tanto sabemos apenas donde tirar las bolsas convenciones (en el cubo amarillo), pero seguimos sin saber qué hacer con una compostable (que se supone que ha sido fabricada para terminar en una planta donde podrá transformarse en compost juntamente con los desechos orgánicos) o con una biodegradable (que no puede ir al cubo amarillo para ser reciclada ni tampoco al orgánico, donde los haya, porque no se descompondrá al mismo ritmo que el demás compost), lo mejor mismo es que nos busquemos nosotras la vida. De una manera fashionable, ¡por supuesto! 

No sólo pensar y ser ecológica está de moda como también la moda contribuye para el bienestar de nuestro planeta. Al contrario de salir por ahí, de tienda en tienda, acumulando bolsas de plástico podemos llevar nuestra propia bolsa e ir poniéndolo todo adentro. Con una bolsa como la de arriba, de American Apparel, estamos protegiendo el medioambiente y sumando puntos en el libro de estilo. 

Otra solución, para cuando tenemos que hacer la compra, es llevar un carrito. Los venden por todas las partes y funcionan un poco como el croché: pensamos que son de abuelita pero están otra vez de moda. O por qué no llevar una cesta de mimbre, el gran fetiche de los últimos veranos que no es más que un regreso a las orígenes, que también favorece el comercio de barrio. Porque lo que está claro es que no vamos a cruzar toda la ciudad con la cesta cargada de frescos colgando del hombro. 

Finalmente, la solución con más estilo de todas es llevar siempre a todas partes un bolso XXL (como el de la foto de abajo). 

En este de American Apparel casi nos podemos meter dentro. Es ideal para llevar todo lo que necesitamos durante el día, móvil, moleskine, llaves, monedero, necesair con compresas y unos básicos de maquillaje o higiene personal, gafas de sol, paraguas, guantes y gorro en invierno, etc. Más las compritas que vayamos haciendo cuando salimos de casa con el simple propósito de gastarnos dinero en las tiendas de moda. 

Aunque lo ideal mismo sería que las marcas se conciencien y hagan su parte; nos vendan las prendas en bolsas de papel que luego nosotras, cuando llegamos a casa, sólo tenemos que juntar en el monte de papeles que ya tenemos apartado. 


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